El príncipe Guillermo (42 años) ha despertado una polémica nacional después de negarse a informar públicamente de cuántos impuestos paga. Algo que rompe por completo la tradición de la Familia Real británica, pues su padre, Carlos III (75), sí era un habitual en esto cuando ostentaba el título de príncipe de Gales.
El informe anual del ducado de Cornualles reveló hace unos días que el salario del príncipe el año pasado fue de 28 millones de euros, gracias a los beneficios de los terrenos, donde se alquilan casas vacacionales y la familia tiene negocios de huertos ecológicos. Sin embargo, el hijo de la princesa Diana no ha detallado cuánto pagará en impuestos.
Se trata de un hecho que bien se aleja del rey Carlos III, pues el monarca anunciaba cuánto destinaba en impuestos desde el año 1993 como una manera de dulcificar la imagen de la institución tras su separación de Diana. Ahora, tras conocer el salario que ingresa el príncipe de Gales por los terrenos de su padre, se ha conocido que el Rey de Inglaterra abona un alquiler a su hijo por una de las propiedades que este último posee desde la investidura de Carlos.
El rey Carlos III y el príncipe Guillermo en 2024.
Tras convertirse en príncipe de Gales, Guillermo heredó un imperio de terrenos cuyo valor se sitúa cerca de los 1.000 millones de euros y que su padre convirtió en una máquina de hacer dinero. Y es que no sólo se convirtió en príncipe de Gales, también heredaba automáticamente el título de duque de Cornualles: un ducado formado por una superficie de 52.449 hectáreas, cuyo valor se estima en unos 400 millones de euros.
Ahora que se ha conocido cuánto se ha embolsado el futuro heredero al trono británico gracias a los terrenos de su padre, la prensa británica ha abierto el debate de los impuestos de todos estos castillos, tierras y granjas. Unos tributos que ahora tendrá que hacer frente el príncipe Guillermo, en parte con el dinero del rey Carlos III.
Entre las propiedades que cambiaron de manos tras convertirse Guillermo en príncipe de Gales se encuentra el castillo de Highgrove, situado en Goucestershire. Fue adquirido por el ducado de Cornualles en 1980 y elegido como casa familiar de Carlos, donde se retiró para vivir el luto por la muerte de su madre, la reina Isabel II.
Carlos III junto a su madre, la reina Isabel II.
Sin embargo, tras el ascenso de Carlos III como rey de Inglaterra, este perdía su imperio como Príncipe de Gales. Un hecho que llevó al monarca a tener que abonar al año la cantidad de 830.000 euros por su uso si quiere permanecer en el clásico palacio.
A pesar de que varios medios británicos apuntaron que el monarca británico estaría "molesto" por la decisión del heredero, lo cierto es que ha sido el diario The Mirror quien ha señalado que el rey Carlos planea quedarse allí de por vida.
"Charles pasará cada vez más tiempo allí a medida que pase el tiempo. Recientemente ha nombrado a una nueva jardinero jefa para darle un nuevo toque a los jardines y realizará mejoras en la propiedad cuando sea necesario", apuntaban a The Mirror fuentes cercanas a la Familia Real británica.
El monarca de lo más cómplice con su mujer, la reina Camila.
El monarca británico habría contratado a esta jardinera, llamada Grainne Ring, para "garantizar que el estado orgánico del jardín se mantenga mediante el cumplimiento de los estándares de las organizaciones especializadas".
El Jardín Real de Highgrove ha florecido bajo el cuidado dedicado del entonces Príncipe de Gales durante más de 40 años. Presenta una mezcla ecléctica de plantas y vida silvestre, cultivadas en sintonía con la naturaleza, lo que ilustra la dedicación de Charles a los métodos de jardinería ecológicos.
Carlos III en el interior de Highgrove.
Highgrove House se ha convertido a lo largo de los años en un lugar lleno de significado para Carlos III, ya que fue testigo de momentos cruciales de su vida, desde los primeros años de su matrimonio con la princesa Diana y los primeros veranos de Guillermo y Harry (39) hasta sus citas clandestinas con Camilla (77). Es por ello por lo que para el monarca la residencia tiene tal valor sentimental que no se plantea abandonarla pese al pago de renta a su hijo Guillermo.
Llwynywermod, una historia similar
Tras perder el título de duque de Cornualles, Carlos III también dejaba atrás Llwynywermod, su residencia galesa y por la que también tendría que hacer frente a un alquiler. Sin embargo, el monarca británico decidió renunciar hace un año a su casa de Gales, a pesar del enorme vínculo sentimental que le unía con esta, para poder así reducir gastos.