2024 está siendo uno de los años más difíciles para la familia real británica. En estos meses, se han mostrado más unidos que nunca ante la adversidad. El diagnóstico de cáncer del rey Carlos III (75 años) y Kate Middleton (42) han obligado a cambiar los planes de la agenda oficial, aunque poco a poco parece que van retomando la normalidad.
Ya han sido dos las ocasiones en las que la princesa de Gales ha reaparecido públicamente: durante el Trooping the Colour, en junio, y en la final masculina de Wimbledon, el pasado mes de julio. Medios británicos han informado de la posibilidad de que se traslade hasta París esta próxima semana para animar a los deportistas británicos.
Pero antes de que llegue este momento, está disfrutando junto al príncipe Guillermo (42) y su familia de unas vacaciones en uno de sus refugios favoritos y que eligen siempre que pueden para desconectar y evitar ser fotografiados por las cámaras.
Desde el verano de 2020, la pareja veranea en la isla privada de Tresco, que cuenta con tan solo 175 habitantes. Situado al suroeste de Inglaterra, estos archipiélagos se denominan como el Caribe de Cornualles. Es aquí donde pasan los meses de más calor y, aunque intentan que estos viajes sean privados, hay quiénes han podido verles.
Según ha desvelado la revista alemana Bunte, fueron vistos por un matrimonio que ahora ha revelado destalles de cómo fue este encuentro: "Ocurrió a mediodía. Se apartaron amablemente mientras entrenábamos. Kate se escondió detrás de un árbol cuando pasaron dos ciclistas. Luego volvió a salir. Parecía que estaba jugando al escondite con los niños. Guillermo siguió con los guardaespaldas. Nos sorprendió su normalidad".
No es un destino desconocido para el príncipe, que veraneaba aquí de pequeño junto a sus padres y su hermano, Harry (39). La familia se hospeda en una propiedad que pertenece a Carlos III, una vivienda llamada Dolphin House. Aunque se trata de una finca que pertenece a la Corona, está disponible para alquilar durante el resto del año.
Tal y como reza su página web, la finca ha sido completamente renovada y se le he devuelto el esplendor a esta "gloriosa casa". Lo describen como una antigua rectoría de granito, con espectaculares vistas hacia el faro de Round Island y situada en un jardín privado amurallado.
Cuenta con cinco dormitorios, tres cuartos de baño, un gran comedor situado en la planta bala, una sala de estar de techos altos y una cocina. En esta propiedad pueden hospedarse hasta 10 personas y se puede alquilar desde 3.000 euros a la semana.
La pareja lleva desde las últimas semanas de julio y se espera que sea en los próximos días cuando abandonen este refugio donde poder pasar tiempo en familia y desconectar en un entorno de lujo.
No será la única escapada de los príncipes de Gales en este mes. Será a mediados de agosto cuando se desplacen hasta Balmoral para el encuentro tradicional con el resto de la familia. Lejos de quedar como unas vacaciones, será el momento en el que el monarca aborde algunas de las cuestiones que más le preocupan en lo que se refiere a su familia.