La familia del rey Felipe VI (56 años) está viviendo uno de los peores años de su vida después de tener que despedir en un plazo de cinco meses a dos de sus miembros más queridos. A primera hora de este pasado lunes, 12 de agosto, fallecía Juan Gómez Acebo a los 54 años a causa de un cáncer.
Su deceso se produjo en Palma de Mallorca, donde se había trasladado para disfrutar de unas vacaciones en su residencia familiar y rodeado de sus hermanos y seres queridos. Quiso llevar con discreción su enfermedad, tanto que no se conocía su diagnóstico.
Completamente abatidos, Simoneta (55), Bruno, (53) y Beltrán (51) reaparecieron, arropados por sus hijos, en la capilla ardiente que se celebró este mismo lunes en el tanatorio de la localidad mallorquina de Calvià para dar su último adiós a su hermano. Fue una cita en la que no hubo prácticamente rostros conocidos, pero que sigue en la dinámica de la discreción en la que siempre quiso vivir Juan.
Este martes, 13 de agosto, los restos mortales del hijo de la infanta Pilar han sido trasladados al tanatorio de Sóller, donde han sido incinerados en la más estricta intimidad y sin la presencia de ningún miembro de su familia. Estaba previsto que las cenizas fuesen trasladadas a Madrid, donde este jueves se iba a celebrar un funeral en su honor en el panteón familiar del cementerio de San Isidro y junto a su hermano Fernando, que falleció el pasado mes de marzo.
Sin embargo, el periodista Aurelio Manzano ha informado en Estando Contigo, programa de Castilla-La Mancha, que el sepelio ha sido aplazado al próximo mes de septiembre con el objetivo de que tanto la familia como sus amigos más cercanos puedan asistir. El mes de agosto es el momento en el que prácticamente todos están de vacaciones, lo que hace más difícil el traslado para acudir a este último adiós.
Una de las ausencias más destacadas del funeral, de haberse organizado este mismo jueves, habría sido la de Felipe VI. El monarca tiene previsto en su agenda desde hace semanas un viaje a República Dominicana para asistir a la toma de posesión del presidente electo, Luis Abinader. El aplazamiento, desvela el citado periodista, es la decisión más sensata para que todo aquel que quiera despedirse de él pueda hacerlo.
Las ausencias también fueron destacadas en el velatorio que se celebró este martes. La única representante de la Familia Real fue la reina Sofía (85), que estuvo acompañando y arropando a sus sobrinos en este doloroso trance. Llegó del brazo de Simoneta, con la que permaneció en estos momentos tan difíciles.
Tanto Felipe VI como la reina Letizia (51) y sus hijas, la princesa Leonor (18) y la infanta Sofía (17) están disfrutando estos días de las que se conocen como sus vacaciones privadas. Es Pedro Sánchez (52) el único que conoce el destino elegido por los monarcas para pasar unos días de desconexión en familia. Por este motivo, ninguno de ellos pudo asistir al tanatorio de Juan Gómez-Acebo. Quiénes tampoco estuvieron presentes fueron la infanta Elena (60) y Cristina (59), que se presupone también están pasando unos días de descanso lejos de España.
Precisamente, el funeral en homenaje a Fernando Gómez-Acebo, celebrado el pasado mes de abril, consiguió reunir en un mismo espacio casi a todos los miembros de la Familia Real, incluido el rey Juan Carlos I (86). Desde entonces, no han vuelto a reencontrarse. Siempre se han mostrado muy unidos a la familia Gómez-Acebo y más ahora en estos dolorosos momentos que les han obligado a despedirse en un corto periodo de tiempo de dos de sus seres queridos.