La Familia Real noruega se ha convertido en la protagonista de las últimas semanas por todas las polémicas que han rodeado a Marius Borg Høiby (27 años). Aunque no lleva sangre azul en sus venas, es uno más de la casa de Glücksburg.
El joven, implicado en una agresión física y verbal a su pareja la pasada semana, es el primogénito de Mette-Marit (50) y fruto de una relación anterior durante su adolescencia. Esta fue una etapa complicada en la vida de la ahora princesa, que tuvo que hacer frente a muchos temas complejos en un breve espacio de tiempo.
Mette-Marit se quedó embarazada a los 23 años de su pareja, Morten Borg, quien estuvo en la cárcel por traficar con drogas y quien decidió abandonarla en plena gestación. A partir de ese momento, la futura reina de Noruega se convirtió en madre soltera y se hizo cargo en solitario de su hijo recién llegado al mundo.
La suerte hizo que conociese al príncipe Haakon (51) en un concierto de música. Ahí comenzaría una relación que no fue bien vista por los noruegos: el pasado de Mette-Marit con las drogas y el hecho de ser madre soltera ponía en dudas la solidez de este noviazgo.
Consiguieron anteponer su amor ante todo y ante todos. A partir de ese momento, el pequeño Marius Borg, que por aquel entonces tenía dos años, pasó a ser uno más de la Familia Real noruega, aunque sin derecho a formar parte de la línea de sucesión: no tiene sangre azul, ni título real, pero es el hijo de una futura reina, hermano de príncipes, vive en palacio y ha recibido la misma educación que ellos.
Marius se convirtió en el protagonista el día de la boda de su madre con el príncipe Haakon. Decidieron salir los tres juntos al balcón para saludar a los presentes a las puertas de palacio, él por aquel entonces tenía solo tres años, pero pasó a formar parte de una de las fotografías históricas de la monarquía nórdica.
Creció como un hijo más del matrimonio y junto a sus hermanos pequeños, pero poco a poco pasó a ser denominado como la oveja negra de la familia por todos los escándalos, menores y de mayor importancia, en los que ha estado implicado en estos últimos años.
Uno de los primeros que protagonizó fue en 2014, cuando puso en peligro de manera directa a todos los miembros de su familia. Como cualquier adolescente, Marius decidió compartir imágenes e información sobre sus vacaciones en Instagram, todo ello sin ser consciente de lo que esto podía suponer.
Estas publicaciones contenían la ubicación exacta de los sitios que visitaban. La solución fue cerrar su cuenta y así evitar la filtración de información privada. En otra ocasión, decidió vender por Wallapop una Harley Davidson indicando su número de teléfono y la dirección de palacio. También ha sido multado por saltarse las normas de tráfico en numerosas ocasiones.
También se le conoce por la cantidad de trabajos que ha tenido, todos ellos sin mucho éxito: ha sido agente inmobiliario, editor de una revista especializada en lujo, imagen de una aplicación de citas, mecánico de motos... Ha recibido la mejor de las educaciones, algo que le ha llevado a recorrer el mundo: finanzas en California, diseño en Milan, estancia en Londres y un año sabático con todos los gastos pagados...
Uno de los últimos escándalos que protagonizó fue en agosto del pasado año. Su madre y su padrastro celebraban una fiesta por su 50 cumpleaños, a la que decidió no asistir. Una ausencia que echó leña al fuego sobre la relación que mantienen el príncipe Haakon y Marius Borg. Aunque siendo un niño esta parecía idílica, con el paso de los años y de las polémicas está ha ido empeorando. El heredero al trono se ha intentado desmarcar de todas las polémicas de su hijastro, sin mucho éxito, ya que no deja de ser el hijo de su mujer.
En esta cita, aseguraron que "no se encontraba bien", se dejó ver en una fiesta a tan solo un kilómetro de distancia de palacio esa misma noche. Precisamente, sus salidas nocturnas a lo largo de estos últimos años han dado mucho de qué hablar en Noruega.
Hubo una época en la que incluso llegó a soñar con recuperar su anonimato, algo que es casi imposible teniendo en cuenta quién es él y quién es su familia. Un deseo que le duró poco, pues no tardó en protagonizar una portada de Vogue.
A principios del mes de agosto, Marius se vio involucrado en una violenta pelea que culminó con el primogénito de la princesa detenido. Fue acusado de agredir verbal y físicamente a su novia, una joven siete años menor que ella. Un hecho que afectó directamente a su madre, que tuvo que incluso suspender sus actos oficiales para acompañarle. Es un escándalo que ha salpicado de lleno a la familia real noruega en uno de sus meses más difíciles. A este suceso hay que sumarle la próxima y polémica boda de la princesa Marta Luisa de Noruega (52).
Finalmente, en un comunicado publicado este pasado miércoles, 14 de agosto, admitió los hechos: "Cometí lesiones corporales y destruí objetos en un apartamento en estado de ebriedad con alcohol y cocaína después de una discusión. Tengo varios trastornos mentales, lo que significa que a lo largo de mi crianza y mi vida adulta he tenido y sigo teniendo desafíos. He luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo, algo por lo que he estado en tratamiento en el pasado".
Un asunto grave que ha dado la vuelta al mundo y que ha vuelto a poner en el punto de mira a la familia real noruega. De hecho, el heredero al trono se vio obligado a hacer unas declaraciones ante los medios asegurando que no era correcto que se involucrase, pero que era "un asunto grave".