En el año 2000, con el nuevo siglo y el estreno de un esperanzador milenio, llegó al mundo Carla Vigo Ortiz. El próximo 13 de octubre, la sobrina mayor de la reina Letizia (51) cumplirá 24 flamantes años, y lo hará en un momento de focalización, concentración e incluso de recuperación tras un verano no fácil para ella. Eso sí, a su lado, apoyándola en cada movimiento, se encuentra su pareja, un joven llamado Xavi Macías, con quien inició una hermosa relación a principios de este verano.
Según puede confirmar EL ESPAÑOL en exclusiva, la hija de la fallecida Érika Ortiz ha pasado los meses estivales en Madrid, aunque ha disfrutado de un par de escapadas a Barcelona, donde reside su razón de amor. Carla, que nunca ha ocultado a sus parejas cuando las ha amado, publicó a principios de julio una imagen que no dejaba lugar a dudas: su apasionado beso con el futbolista catalán.
Sus palabras eran, cuanto menos, sentenciosas: "Te amo", gritó a los cuatro vientos en su perfil oficial de Instagram, donde todo contenido personal que publica acaba convirtiéndose en noticia en los medios de comunicación por motivos evidentes, pues es sobrina de Su Majestad la Reina y prima hermana de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón (18).
Tal y como ha podido confirmar este diario por fuentes cercanas a la aspirante a actriz, Carla Vigo ha regresado al piso tutelado del que se informó que había salido el pasado abril tras ser dada de alta. El inmueble en el que vive la nieta de Jesús Ortiz (74) se inauguró como piso tutelado en octubre de 2019.
Vigo confió en el amparo de la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS), una entidad "no lucrativa que pone a disposición pisos tutelados para personas con enfermedad mental", para establecer su nueva residencia. Y si bien salió hace cuatro meses, ahora ha considerado que la mejor opción es regresar. También este medio averiguó que el coste mensual de las plazas era de 1.500 euros -con todo incluido- si la persona compartía habitación, o de 1.790 euros si el dormitorio era individual.
En el plano laboral, la sobrina de la reina Letizia sigue persiguiendo su sueño de convertirse en actriz, una meta que aún se le resiste. Desde hace años, la joven ha manifestado públicamente su deseo de dedicarse a la interpretación, un camino que no ha sido fácil y que, a pesar de su esfuerzo y perseverancia, no ha terminado de materializarse en grandes oportunidades.
La nieta de Paloma Rocasolano (72) ha participado en diversos talleres de actuación y ha colaborado en pequeños proyectos -obras de teatro y algún cortometraje-, pero el papel que marque un antes y un después en su carrera aún no ha llegado. A pesar de las dificultades, Carla no se rinde y sigue buscando su lugar en el mundo del cine y el teatro. Sus redes sociales son testigo de su pasión, donde comparte con sus seguidores sus avances, castings y pequeños logros, siempre con una actitud positiva y un entusiasmo inquebrantable.
Aunque su apellido y su vínculo directo con la Corona le otorgan una visibilidad especial, Carla insiste en labrarse su propio camino, lejos de los títulos nobiliarios y el protocolo estricto que marca La Zarzuela. Ella desea ser reconocida por su talento y no por ser la sobrina de la Reina. Por ahora, sigue luchando para cumplir ese sueño que, aunque tardío, espera que llegue más temprano que tarde.
Entre los amigos personales de Vigo se encuentran el bailaor Rafael Amargo (49), con quien compartió escenario en Yerma y otras funciones, y la popular actriz Josele Román (77), con quien también protagonizó algunos proyectos.
Ambos, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL a través de fuentes de total solvencia, están intentando ayudar a Carla en cuestiones personales y, por supuesto, laborales, dentro del ámbito de la actuación. Mientras se sigue formando, la también sobrina de Telma Ortiz (50) continúa en la búsqueda incesante de trabajo para lograr tener ingresos propios y una actividad que la mantenga activa y mentalmente inspirada y motivada.