Los cuatro hijos de la infanta Cristina (59 años) e Iñaki Urdangarin (56) siempre han destacado por su discreción desde que son niños. Todos ellos han preferido mantenerse alejados del foco mediático y hacer frente a su futuro profesional en silencio y sin dar de qué hablar.
El primero que salió de ese hermetismo personal fue Pablo (23) por su carrera como jugador de balonmano. Pronto le seguirían el resto de sus hermanos: Irene (19), con su mayoría de edad y cuando se conoció su relación con Juan Urquijo (25); Juan (24), que como mayor de la familia ha sido la mano derecha de su madre en los compromisos familiares; y ahora le ha tocado el turno a Miguel (22), que está teniendo más presencia que nunca.
En estos últimos meses, se ha convertido en uno de los protagonistas indiscutibles de la familia Urdangarin. Antes era complicado verle en actos públicos, ya que prefería mantenerse alejado de la atención, pero ahora resulta cada vez más habitual.
Su última aparición pública fue este pasado domingo, 8 de septiembre, cuando acompañó a la infanta Cristina, junto a Irene y Pablo, al funeral de Juan Gómez-Acebo en Madrid. En esta cita se le pudo ver muy cómplice con la pequeña de la familia, compartiendo confidencias. De hecho, fue él quien condujo el coche hasta la iglesia de las Fuerzas Armadas. Quienes le conocen, le definen como una persona muy inteligente, familiar y centrada en su futuro profesional.
Horas antes del reencuentro familiar con su abuelo, el rey Juan Carlos I (86), quiso estar presente en uno de los días más importantes para Pablo Urdangarin en lo que respecta al balonmano. Acudió a Granollers, en Barcelona, para disfrutar del partido desde las gradas, donde estuvo muy bien acompañado.
Aquí, precisamente, fue la presentación oficial de Olympia Beracasa como su pareja. Nunca se han escondido de las cámaras, ya que han sido captados en varias ocasiones de paseo por la calle, pero no se habían dejado ver así. Los gestos de complicidad y las muestras de cariño fueron notables en el transcurso del partido. La venezolana es la primera novia pública que se le conoce a Miguel y mantienen una estrecha relación desde hace años, cuando coincidieron en el International School of Geneva.
Este 2024 ha sido diferente para él, que se ha visto obligado a dar un cambio de rumbo tanto personal como profesional. Tras concluir sus estudios de Bachillerato en Suiza, se trasladó a Reino Unido para estudiar Biología Marina. Su idea era continuar con su formación profesional y fueron varias las opciones que se le plantearon: especializarse en investigación, en conservación ambiental o en tecnologías innovadoras.
Sin embargo, tomó un camino muy diferente mientras se decidía: regresó a Ginebra con su madre para iniciar un curso para ser instructor de esquí, deporte que apasiona a los Borbón. A mediados de marzo de este 2024, sufrió un aparatoso accidente mientras practicaba la disciplina que le provocó una grave lesión en la rodilla derecha y que le obligó a pasar por quirófano.
Tras esto, el varón pequeño de los Urdangarin decidió tomarse un año sabático, recuperarse de la lesión y tener claro qué es lo que quiere hacer en un futuro en lo que respecta a lo laboral. También hizo las maletas y se trasladó a la Zarzuela junto a su abuela, la reina Sofía (85) y su hermana Irene, que vive junto a ella desde hace meses.
El palacio se ha convertido en los últimos meses en el refugio para los Urdangarin. El último en trasladarse ha sido Juan después de cerrar su etapa personal y profesional en Londres. Los tres han estado haciendo compañía a la reina emérita en estos complicados meses de verano para ella, tras hacer frente a la muerte de su querido tío, Miguel de Grecia.
De hecho, la conexión entre Sofía y Miguel es muy especial. Así se pudo comprobar durante el Mutua Madrid Open, celebrado la primera semana de mayo. Esa fue la primera vez que se dejó ver en un acto público en Madrid en lo que iba de año. Hasta ese momento, sólo se le había captado por la calle o apoyando a Pablo en los partidos de balonmano.
Siempre ha demostrado ser el más discreto, pero los acontecimientos de esta última semana confirman que ya está preparado para tener un papel más importante y acompañar a su madre y el resto de la familia en los compromisos en los que se le necesite.