Según la Real Academia Española, "reconciliación" es la "acción y efecto de reconciliar o reconciliarse". Si buscamos más específicamente qué significa "reconciliar", la primera acepción que aparece en el diccionario es la de "volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos".
Ahí está la clave de Réconciliation —en español, Reconciliación—, la autobiografía que el rey Juan Carlos (86 años) publicará a principios de 2025, según Point de Vue. Aunque, como adelantó EL ESPAÑOL, según consta en Fnac, Amazon y otras distribuidoras de productos culturales, estaría disponible desde el 13 de noviembre de 2024.
Juan Carlos I, dice a ¡HOLA! su biógrafa y amiga, Laurence Debray, aún no ha terminado el libro de memorias de 512 páginas. Tenía claro, sin embargo, que quería escribirlo para que no le roben "el relato" de su propia historia. Así consta en uno de los extractos del tomo.
[El rey Juan Carlos admite sus errores en sus memorias: "Están robándome mi propia historia"]
"Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los reyes no hacen confidencias, menos aún públicas. Sus secretos quedan ocultos en la penumbra del palacio. ¿Por qué voy a desobedecerle ahora? ¿Por qué he cambiado finalmente de opinión? Tengo la sensación de que me roban el relato de mi propia historia", afirma el rey emérito.
Reconciliación explora la infancia del soberano y la época dorada de su reinado, cuyo punto álgido —según la editorial francesa Editions Stock— fue su intervención en el golpe de Estado militar del 23 de febrero de 1981. No obstante, puede que fuera desde incluso antes de ese año cuando la palabra 'reconciliación' comenzara a acompañar a Juan Carlos en su camino hacia el trono y en su posterior caída tras 39 años como jefe del Estado.
El 26 de diciembre de 1974, varios periódicos españoles publicaron la crónica de una Nochebuena en el Palacio de la Zarzuela junto a Francisco Franco, quien moriría 11 meses después. En aquella reunión familiar, donde también estuvieron presentes Sofía de Grecia (86) y los entonces infantes Felipe (56), Elena (60) y Cristina (59), Juan Carlos de Borbón pronunció unas palabras con motivo de la Navidad:
"Que el mensaje de paz y reconciliación llegue a todos los hogares y nos acompañe en el nuevo año. Quiero, en estos momentos, dedicar un recuerdo profundamente agradecido a quienes en estos días ponen en juego sus vidas al servicio de la Patria y a las familias de aquellos que han pagado su más alto tributo. Muchas gracias y muchísimas felicidades", concluyó el príncipe Juan Carlos, quien, en la siguiente Navidad, ya sería rey de España.
25 años más tarde, en el 2000, el Rey recordó, emocionado, la reconciliación de las "dos Españas" en las primeras Cortes democráticas. Ante las cámaras de Televisión Española, Juan Carlos I habló de un "buen balance" por los 25 años de monarquía constitucional. El Rey rememoró "los cruciales momentos vividos durante el cuarto de siglo transcurrido desde la muerte de Franco". De ellos, recordó el soberano, con cierta conmoción, el inicio de aquella etapa:
"La sensación que tuve en la elección de las Cortes democráticas es que ahí estaban las dos Españas y que era una España reconciliada. Eso me dio una gran fuerza y una satisfacción interior muy grande para seguir trabajando. Fue impresionante". "Ahora", afirmó Juan Carlos I, "comparto con los españoles la preocupación por el problema del terrorismo. Juntos, defendiendo la democracia, conseguiremos resolverlo".
Reconciliación con España y la familia
No podemos obviar la importancia que tienen las memorias del rey Juan Carlos en este momento de su existencia. El próximo mes de enero cumplirá 87 años, su salud está deteriorada —tras haber sido intervenido quirúrgicamente hasta 17 veces— y, por ello, la editorial señala que el monarca sabe que no le queda mucho tiempo y preferiría confesar que mentir". Además, "admite sus errores y malas elecciones. No oculta sus arrepentimientos. Habla con el corazón abierto".
De alguna forma, no es la primera vez que Juan Carlos I asume su culpa. En la primavera de 2012, mientras se encontraba cazando elefantes con su amante, Corinna Larsen (60), el Emérito se rompió la cadera derecha, deteriorada por la artrosis y sufrió una caída en plena madrugada. Nadie sabía dónde estaba el Rey.
Desde Botsuana, en África, a 7.600 kilómetros de su país, voló en un jet privado y fue directo a la sala de operaciones de un hospital de Madrid. Tras salir del quirófano pronunció las palabras que le perseguirían siempre: "Lo siento. Me he equivocado. No volverá a ocurrir". Aquel tropiezo fue el principio del fin. Esa circunstancia, unida a sus presuntos negocios opacos, lo llevó a la abdicación. Y a continuación, condujo a Juan Carlos de Borbón, el padre, el abuelo, ya no el Rey, a buscar constantemente la reconciliación con su familia que lo repudió por salvar la Corona.
En agosto de 2020, el emérito Juan Carlos envió una carta a su hijo, el rey Felipe, que decía lo siguiente: "Ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte [...] mi meditada decisión de trasladarme en estos momentos fuera de España [...] Una decisión que tomo con profundo sentimiento pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante 40 años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona".
Desde su exilio forzoso en Abu Dabi, Juan Carlos ha intentado acercarse en múltiples ocasiones a los suyos. Como padre y abuelo, no entendió por qué no fue invitado a la proclamación de Felipe como Rey o a la Jura de la Constitución de su nieta, la princesa Leonor (18), en el Congreso de los Diputados. Como exjefe del Estado, en ese momento con causas pendientes ante la justicia, no tuvo más remedio que aceptarlo.
Pero la reconciliación pública llegó. Tras tres años y medio evitando la foto, Juan Carlos, Sofía, Felipe y Letizia se reencontraron el 27 de febrero en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor con motivo del homenaje a Constantino II de Grecia. Finalizada la misa, Felipe ayudó a su progenitor a ponerse de pie. Así, el Rey agarró a su padre al salir del templo mientras Letizia observaba la escena en segundo plano. Juntos atravesaron el pórtico, representando una escena atípica entre ellos.
En la imagen se observaba complicidad; compartieron palabras y alguna que otra sonrisa. Felipe ayudó a Juan Carlos a entrar en su coche. La Familia Real, a excepción de Leonor y Sofía, escenificó su reconciliación, la palabra que, dará nombre a las esperadas memorias de Juan Carlos de Borbón y marcó, por motivos institucionales y personales, todo su reinado.