Después de casi dos semanas en España, Juan Carlos I (86 años) ha abandonado el país con destino Abu Dabi, su hogar desde hace ya más de cuatro años. Esta ha sido la estancia más larga del Emérito al país desde su exilio, pero también ha sido su viaje más polémico.
El padre de Felipe VI (56) se ha convertido en el protagonista indiscutible de la crónica social después de la publicación de las fotografías íntimas en las que aparece junto a Bárbara Rey (74). Después de casi tres décadas, todo lo que tiene que ver con su relación con la vedette ha visto la luz junto a unos polémicos audios en los que no queda muy bien parado.
Toda esta situación la ha vivido en Sanxenxo, a donde ha acudido como ya es habitual para participar en las regatas. Aquí ha recibido la visita de sus hijas, la infanta Elena (60) y la infanta Cristina (59), así como de su hermana Margarita de Borbón (85) y sus sobrinos. Tal y como estaba previsto, Juan Carlos ha abandonado Sanxenxo a primera hora de la mañana.
El exmonarca se ha dirigido al aeropuerto de Peinador, en Vigo, desde donde ha tomado un vuelo privado con destino a Lisboa. Ya en la capital lusa, tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, le acompañaban su anfitrión Pedro Campos y la pareja de este, Cristina Franze. Desde aquí han tomado otro vuelo hacia Abu Dabi, el destino final del Emérito.
Este periódico ha podido saber que en el aeropuerto de Lisboa ha habido un gran despliegue de escoltas, algo poco habitual, además de una "seguridad exagerada". Fuentes de solvencia aseguran también que el Emérito no iba caminando con su inseparable bastón, sino que en esta ocasión era empujado en una silla de ruedas.
Son evidentes los problemas de movilidad de Juan Carlos I, que en muchas ocasiones necesita de la ayuda de sus escoltas para andar o para subir escalones. Cabe recordar que en los últimos años ha tenido que ser operado tanto de la cadera izquierda como de la rodilla derecha.
Pese a toda la polémica que ha salpicado al Emérito en estos últimos días, él ha continuado con la agenda que tenía prevista para estos días y también se ha dejado ver ante las cámaras. Se ha mostrado muy sonriente y ajeno a todo lo que está ocurriendo, sin hacer ningún tipo de declaración del asunto.
Sí que lo ha hecho su sobrina, Simoneta Gómez-Acebo, quien ha afirmado ante los medios presentes en Sanxenxo que su tío se encuentra "muy bien", aunque sin entrar en más detalles.
Lo cierto es que esta última visita a España ha sido muy familiar para él. Fue el pasado viernes, 27 de septiembre, cuando se reunió en encuentro "familiar y privado" con su hijo Felipe VI, la reina Letizia (52) y la princesa Leonor (18), que se encuentra a escasos kilómetros de Sanxenxo con la Armada. Apenas han trascendido detalles de esta visita, que ha llegado en un momento complicado para la familia tras la filtración de su relación con Bárbara Rey.
También ha recibido la visita de su biógrafa, Laurence Debray, quien le ha estado acompañando estos últimos días y con quien se ha mostrado muy cómplice. Ella es la guardiana de sus secretos y la que se está encargando de la redacción del libro autobiográfico que Juan Carlos I publicará en los próximos meses sobre su vida.