En los últimos meses, no dejan de sucederse las informaciones sobre la preocupante salud de Mohamed VI (61 años). Sus últimos compromisos públicos han hecho saltar las alarmas y su aspecto físico ha confirmado el delicado momento que atraviesa. Por el momento, continúa manteniendo activa su escasa agenda.
Precisamente, esta semana es una de las más importantes tanto para Marruecos como para la monarquía alauí. Emmanuel Macron (46) inició este lunes, 28 de octubre, una visita oficial de tres días al país donde se ha reencontrado con el monarca con el objetivo de restaurar los lazos rotos.
El presidente francés era recibido en Rabat, a pie de pista, por Mohamed VI y un séquito que le acompañaba en esta recepción oficial. Entre ellos, hubo dos nombres propios que destacaron por encima del resto y que llegaron incluso a eclipsar a los protagonistas de la jornada: Moulay Hassan (21) y Lalla Khadija (17), hijos del Rey.
No ha sido un acto oficial más. Estas apariciones confirman el inicio de una nueva etapa en Marruecos en lo que respecta a su imagen pública. Hasta hace unos meses Mohamed VI era prácticamente el único miembro con compromisos oficiales. Sólo era sustituido por su primogénito en casos excepcionales y cuando sus problemas de salud le impedían estar al frente de la agenda real.
Cabe recordar que Mohamed VI padece la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmunitario, y una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que reduce su flujo de aire y le provoca problemas respiratorios.
Ahora parece que los dos hijos que el monarca tuvo fruto de su matrimonio con Lalla Salma (46) están dando un paso al frente para convertirse en dos miembros en activo y que acompañarán a su padre en las citas importantes. Ya era un rol que en los últimos meses ha estado ejerciendo Moulay Hassan, no así su hermana, que llevaba años sin aparecer en un acto público.
La presencia de la hija pequeña del soberano confirma este cambio de rumbo y la imagen familiar que se quiere dar al mundo de la institución. También simboliza la voluntad de acercamiento y de cordialidad diplomática con Francia. El objetivo es claro: transmitir calma y confirmar la continuidad de la monarquía en el futuro.
Los hijos del Rey siempre han mantenido un perfil bajo, alejado del foco mediático y acompañando a su padre en la sombra. Son escasas las informaciones que se han ido conociendo de ellos dada la censura que existe en el país. Suele ser la institución la encargada de difundir las informaciones que quieren y de la manera que quieren. Lo poco que se sabe es lo que ellos se encargan de difundir o lo que llega por parte de la prensa internacional a la que no pueden controlar.
Moulay Hassan y Lalla Khadija están llamados a desempeñar un papel muy importante, algo para lo que se llevan preparando desde que tienen uso de razón. Si la evolución física del heredero al trono, que está llamado a reinar bajo el nombre de Hassan III, ha sido evidente, el cambio de la pequeña de la familia ha sorprendido a todo el mundo.
Sentada junto a Brigitte Macron en uno de los actos oficiales de este viaje oficial, demostró un gran saber estar. De hecho, se ha confirmado lo mucho que se parece a su madre, desaparecida del foco desde su divorcio hace ya seis años. Los últimos meses han confirmado que la joven es un gran apoyo del monarca. Durante las vacaciones de verano, prefirió quedarse en Marruecos junto a él antes que irse a Grecia junto a su madre y su hermano.
Es evidente que ambos están llamados a ser el bastón de su padre en los momentos más difíciles, así como dar una mayor visibilidad al futuro próspero de la institución, que en los últimos tiempos había perdido cierta reputación por las repetidas ausencias y el secretismo en torno a Mohamed VI.