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El arzobispo de Canterbury, Justin Welby (68 años), primado de la Iglesia de Inglaterra, ha anunciado este martes, 12 de noviembre, una irrevocable decisión. Dadas las presiones a las que se ha visto sometido en la última semana, la figura máxima de la institución, solo por debajo del rey Carlos III (75), ha decidido presentar su dimisión. 

¿El motivo? Ocultar un escándalo de abusos sexuales y no haber actuado cuando en 2013 conoció dicho caso. Se estima que unos 130 niños fueron víctimas de John Smyth, un pederasta canadiense que durante años estuvo trabajando como voluntario en los campamentos infantiles de la iglesia

Una decisión que no ha sido una sorpresa para nadie, después de que en estos últimos días se llegasen incluso a recoger firmas para pedir su destitución. La realidad es el que el papel del arzobispo de Canterbury ha sido fundamental para la monarquía británica. Justin Welby, que accedió al cargo en 2013, ha estado presente en todos los momentos históricos que los Windsor han vivido en esta última década. Así pues, se le presenta un nuevo problema a Carlos III en uno de los años más difíciles de su corto reinado. 

Justin Welby en la boda de Harry y Meghan Markle. Gtres

El primer gran acto del arzobispo de Canterbury como máximo representante de la Iglesia Anglicana fue el 23 de octubre de 2013, cuando bautizó al príncipe George (11) en la Capilla Real del palacio de Saint James sólo unos meses después de su nacimiento. "Como nación estamos celebrando el nacimiento de alguien que a su debido tiempo será el jefe del Estado", aseguró en aquel momento. Años después, también bautizaría a la princesa Charlotte (9) y al príncipe Louis (6). 

En el caso de la mediana de la familia, esta celebración tuvo lugar en la iglesia de Sandringham, hasta donde se desplazó, con permiso del reverendo canónico, Jonathan Riviere, rector del grupo de parroquias de Sandringham. 

También bautizaría, aunque en la más estricta intimidad a Archie (5), el primogénito de los duques Sussex, Harry (40) y Meghan Markle (42). De hecho, el arzobispo se vio obligado a abandonar una reunión importante del clero para estar en esta cita tan importante para la familia.

Justin Welby junto a Kate Middleton en el bautizo del príncipe Louis. Gtres

Ha formado parte de los eventos históricos más seguidos del último siglo en la familia Windsor. No solo tuvo un papel fundamental en la boda de Harry y Meghan, sino que fue el encargado de bautizar a la actriz antes de esta cita. Un momento que calificó de "conmovedor", aunque no quiso dar más detalles. También se vio envuelto en una polémica después de que la duquesa de Sussex asegurase que la boda había ocurrido tres días antes de la ceremonia oficial, lejos de las cámaras y con la privacidad por bandera

El arzobispo negó este suceso, pero admitió que tuvo "una serie de reuniones pastorales y privadas con el duque y la duquesa antes de la boda". "Firmé ese día el certificado de matrimonio, es un documento legal y habría cometido un delito grave si no lo hubiera celebrado ese día. La boda legal fue el sábado y no voy a revelar lo que pasó en otras reuniones" explicó en una entrevista al diario italiano La Repubblica. 

Sería en 2022 cuando viviría uno de los episodios más difíciles tanto para la Corona británica como para Reino Unido. La reina Isabel II fallecía a los 96 años. Fue el arzobispo el encargado de pronunciar la homilía en su funeral. "Ella era alegría, presente para tantos, tocando una multitud de vidas (...) Pocos líderes han recibido tanto amor como hemos visto", pronunció ante la atenta mirada de millones de personas que seguían la despedida de la monarca en todo el mundo.

Justin Welby en la coronación de Carlos III. Gtres

Con la muerte de Isabel II, Carlos III se proclamó nuevo monarca. No sería hasta unos meses después, en mayo de 2023, cuando tendría lugar la pomposa y esperada coronación. Fue protagonista en cada una de las etapas del servicio religioso: el reconocimiento, donde pronunció el primer discurso; el juramento, donde reconoció las múltiples religiones existentes en el Reino Unido; la unción, donde le untó un aceite en forma de cruz en la cabeza, el pecho y las manos y que se celebró de manera privada; y la investidura, donde le colocó la corona. 

Tal es su vínculo con la Familia Real británica que incluso llegó a salir en defensa de Kate Middleton (42) cuando se conoció su diagnóstico de cáncer. Pidió que parasen las especulaciones y conspiraciones. "Tenemos poco sentido de la humanidad de aquellos que quedan atrapados en el resplandor de las noticias. Cotorrear de esta manera está mal". 

Su vida personal

Justin Welby junto a Isabel II. Gtres

Antes de convertirse en el arzobispo de Canterbury, dedicó 11 años de su vida a trabajar en la industria petrolera. Fue ejecutivo de la francesa Elf y tesorero de Enterprise. En un momento dado, sintió la llamada de Dios y dejó todo su trabajo de lado para dedicarse a la teología. Sería ordenado sacerdote en 1993

Es considerado como uno de los dirigentes anglicanos más revolucionarios de la Iglesia de Inglaterra. Impulsó la ordenación de mujeres como obispas y también obligó al clero a colaborar en las investigaciones sobre abusos a menores, motivo por el que, precisamente, ahora ha tenido que dimitir

De hecho, llegó a admitir públicamente que había sufrido episodios de depresión y por los que se ha visto obligado a tomar medicación. El origen de sus problemas, según ha llegado a asegurar el clérigo, reside en su infancia, al crecer junto a unos padres alcohólicos. Las tragedias han formado parte de su vida. Su primera hija, Johanna, falleció en un accidente cuando sólo tenía siete meses. En 2016, descubrió que era el hijo biológico de un asistente de Winston Churchill y no del que durante décadas pensó que era su padre biológico. La misma de la semana de la coronación protagonizó un episodio en el que fue multado con 510 libras y tres puntos del carné por conducir por encima de la velocidad permitida.