Como manda la tradición, en la tarde de este miércoles, 25 de diciembre, el rey Carlos III (76 años) ha pronunciado su discurso de Navidad. Este año, desde un escenario distinto y con un mensaje significativo que pone el foco en su salud, así como en la enfermedad de su nuera Kate Middleton (42). Este año, ambos fueron diagnosticados de cáncer y sobre ello ha querido hablar el monarca. 

En su discurso pregrabado en la londinense capilla Fitzrovia y transmitida por radio y televisión a las 15:00 horas -las 16:00 en España-, el soberano también ha hecho referencia a "los miles de profesionales y voluntarios en el Reino Unido y en toda la Commonwealth que, con su habilidad y la bondad de su corazón, cuidan a los demás, a menudo a un costo para ellos mismos". Al respecto, ha indicado: "Todos pasamos por alguna forma de sufrimiento en alguna etapa de nuestra vida, ya sea mental o física. La forma en la que nos ayudamos unos a otros –y recibimos apoyo de los demás, seamos personas de fe o no- es una medida de nuestra civilización como naciones". 

Durante su mensaje, se ha pronunciado como nunca sobre las dificultades de la enfermedad: "Desde un punto de vista personal, quiero expresar un agradecimiento especial y sincero a los médicos y enfermeros desinteresados ​​que, este año, me apoyaron a mí y a otros miembros de mi familia en las incertidumbres y angustia de la enfermedad, y contribuyeron a proporcionar la fuerza, el cuidado y el consuelo que necesitábamos". Carlos III también ha mostrado su gratitud a todos los que les ofrecieron "amables palabras de simpatía y aliento".

Tras rememorar a los veteranos que conoció en junio durante el 80 aniversario del Día-D de la Segunda Guerra Mundial, constató que, en años anteriores, se pensaba que "esos trágicos acontecimientos rara vez ocurren en la era moderna". "Sin embargo, en este día de Navidad no podemos dejar de pensar en aquellos para quienes los efectos devastadores del conflicto –en Oriente Medio, en Europa Central, en África y en otros lugares– suponen una amenaza diaria para la vida y el sustento", ha manifestado.

Carlos III, que al mismo tiempo es gobernante supremo de la Iglesia de Inglaterra, ha mencionado a "las organizaciones humanitarias que trabajan incansablemente para llevar ayuda vital" y ha reflexionado sobre el ejemplo que dio Jesús al ayudar a los que sufren: "Es atemporal y universal".

El soberano, que igualmente es cabeza de la Commonwealth, ha comentado que al acudir el pasado octubre a la asamblea de sus líderes, pudo constatar de nuevo "cómo la diversidad de cultura, etnia y fe proporciona fuerza, no debilidad". "Una vez más, escuchar es un tema recurrente en la historia de la Natividad. María, la madre de Jesús, escuchó al Ángel que le reveló un futuro diferente lleno de esperanza para todas las personas", ha expresado.

"Esto sigue siendo cierto hoy para la gente de buena voluntad de todo el mundo. Y es con esto en mente que les deseo a ustedes y a todos sus seres queridos una Navidad llena de alegría y paz", ha concluido el monarca.

Como marco para las alusiones a la salud, el mensaje se ha grabado, en esta ocasión de manera excepcional, en la capilla Fitzrovia, una joya de la arquitectura de inspiración bizantina originalmente al servicio del Hospital Middlesex. Actualmente está abierta a todo el mundo.

Ha sido la primera vez desde 2006 que el mensaje navideño del monarca, iniciado por Jorge V en 1932, se ha grabado fuera de una de las residencias reales.

Misa de Navidad

Siguiendo la tradición, el discurso del Rey se ha difundido horas después de que los Windsor acudieran a la misa de Navidad en Sandrinhgam. Carlos III ha celebrado este 25 de diciembre arropado por su mujer, la reina Camila (77), los Príncipes de Gales y otros miembros de la familia. 

Los Reyes, el príncipe Guillermo (42), Kate Middleton y sus tres hijos han asistido al tradicional servicio religioso navideño en la iglesia de Santa María Magdalena. Hasta allí también se han acercado decenas de curiosos que han querido saludar a los miembros de la Familia Real en su paseo hasta el templo, situado en los terrenos de la residencia privada donde celebran las fiestas desde 1988.

Carlos y Camila han encabezado la procesión, seguidos del príncipe Guillermo y Kate Middleton junto con sus hijos, George (11), Charlotte (9) y Louis (6).