El príncipe Eduardo (60 años) y su mujer, Sophie de Edimburgo (60), llevan 25 años juntos. A lo largo de este cuarto de siglo como marido y mujer han sido escasos los titulares sobre ellos en la prensa del corazón. De carácter discreto ambos, nunca han protagonizado escándalo alguno. Es más, han sabido mantenerse al margen de todo ruido cuando la polémica ha salpicado a algún miembro de la Familia Real británica, cosa que lleva sucediendo décadas.
Puede que hayan logrado salvarse del foco mediático precisamente por desenvolverse tan bien detrás de los focos, siempre un segundo plano. Puede, además, que el secreto del éxito de su matrimonio tenga que ver también con su dominio de la prudencia. Una virtud escasa en los tiempos que corren. Sea como fuere, si alguien tenía dudas sobre qué los ha llevado a disfrutar de una relación conyugal tan longeva, ellos mismos han dado la respuesta.
Y es que durante gira oficial a Nepal, a los duques de Edimburgo les han preguntado por los secretos de su historia de amor. ¿Cómo han llegado hasta aquí, felices y enamorados como el primer día? Esta es su contestación.
Los duques de Edimburgo durante su gira oficial por Nepal.
En una de las escasas confesiones que han hecho sobre su vida privada, los royals han explicado a los periodistas que siguen siendo “mejores amigos”. El tema ha surgido durante su visita al Jardín Botánico Nacional Godawari, en su tercer día en el país del Himalaya. Allí se les vio bromeando entre ellos mientras plantaban un árbol. Aquel instante de complicidad dio pie para que uno de los periodistas que cubrían el acto quisiera saber si siempre se comportaban de ese modo.
Todo con "mucho humor"
Entonces, el duque de Edimburgo destacó que siempre hay que tener “mucho humor” y que ambos han conseguido llevarse bien “porque somos mejores amigos”. Sophie estuvo de acuerdo y apuntó: “Eso es verdad”.
“Siempre tiene que haber mucho humor. Sobre todo cuando estás de viaje y no tienes ni idea de lo que te espera a continuación”, bromeaba Sophie.
El hermano menor del rey Carlos III y su mujer se casaron en el año 1999.
Puede que al estar tan lejos de casa se hayan mostrado más cercanos que de costumbre. Quizás la calurosa bienvenida que recibieron en Nepal les haya animado a abrir un poco más sus sentimientos.
Lo que está claro es que en este viaje lo han pasado de maravilla. En su último día de gira han visitado la ladera de Nepal. Han recorrido juntos el Área de Conservación de Annapurna y han pasado la noche en Ghandruk, un pueblo rural en el que tradicionalmente se han formado los reclutas Gurkha.
En esta aldea fueron recibidos por aldeanos vestidos de colores que llevaban flores y los adornaron con guirnaldas amarillas. La pareja se fotografió bajo un arco floral con un cartel que decía: "Bienvenidos a Ghandruk, Sus Altezas Reales, el Duque y la Duquesa de Edimburgo".
Eduardo de Inglaterra y Sophie de Edimburgo en su visita al país del Himalaya.
Asimismo, participaron en una ceremonia de bienvenida tradicional que incluyó la entrega de bufandas Khadas por parte del director de una escuela local. Todo ello al son de la música de una formación local.
Se les ogfrecieron prendas tradicionales: Sophie llevaba un ghalek, mientras que a Eduardo se le dio el equivalente masculino, conocido como bhangra. Fueron obsequiados también con fotografías enmarcadas de las montañas como “una muestra de amor del principado municipal de Annapurna”.
Juntos desde 1993
Sentados detrás de una mesa decorada y flanqueados por invitados, entre ellos el teniente coronel Rajesh Gurung (el oficial gurkha nepalí de mayor rango, originario de Ghandruk), dieron palmas al ritmo de la música tradicional gurung, interpretada por una agrupación de jóvenes.
En definitiva, una acogida por todo lo alto que les ha hecho sentirse a gusto y con ganas de compartir, al menos por una vez, una confidencia sobre su matrimonio.
Eduardo conoció a Sophie Rhys-Jones en 1987, pero la cosa quedó en un simple encuentro. En 1993 volvieron a verse. Entonces sí saltó la chispa y comenzó su affaire. Tras seis años de noviazgo se dieron el 'sí, quiero' en 1999. Tienen dos hijos en común: Luisa (20) y Jacobo Mountbatten (16).