No lleva ni un año al frente del gobierno canadiense y Justin Trudeau (45) ya ha hecho historia, convirtiéndose este fin de semana en el primer mandatario en activo del país en desfilar en la marcha del Día del Orgullo Gay de Toronto. Su defensa del colectivo LGTB va en la línea del resto de su política: defender lo que cree justo y abogar por las minorías, especialmente las más desprotegidas, como es el caso de los refugiados sirios. En noviembre del año pasado Trudeau se comprometió a acoger a unos 25.000 expatriados y en abril ya había superado la cifra con creces, desplazándose incluso a los aeropuertos para saludarlos personalmente y entregarles prendas de abrigo.

No han sido ni mucho menos los únicos gestos públicos del primer ministro, que desde que inició su mandato hace menos de un año -en octubre de 2015- se ha caracterizado por su apoyo a las causas sociales, como es el caso de las mujeres indígenas desaparecidas, y la lucha contra el cambio climático.

Su mandato ha traído aire fresco tras una década de gobernabilidad conservadora y su espontaneidad ha encandilado a los ciudadanos, que le ven más como un ídolo de masas que como un político.

De hecho, de político tiene la herencia familiar -su padre lo fue también- pero él estudió Literatura e Ingeniería. Llegó a la política en 2008 cuando fue elegido diputado por el mismo partido al que perteneció su progenitor. Antes había sido maestro de escuela, donde enseñó materias como Francés y Matemáticas.

Fan de los superhéroes y aficionado a los tatuajes

Como si de una estrella de rock se tratara, es de los pocos políticos que luce tatuajes en su cuerpo. Concretamente un cuervo en el brazo izquierdo que los canadienses pudieron apreciar durante un encuentro de boxeo entre Trudeau y su rival político, Patrick Brazeau (41).

Le encantan los superhéroes, que luce en algunas de sus camisetas, y le apasionan las películas de ciencia ficción como La guerra de las Galaxias. De hecho ha reconocido en alguna ocasión haber comprado a sus hijos construcciones de Lego sobre el filme con los que después ha jugado él mismo.

El primer ministro y su esposa bromean y bailan durante un acto oficial Gtres

Casado con una periodista de televisión

El primer ministro canadiense está casado con Sophie Grégoire, una periodista de televisión con la que tiene tres hijos: Xavier, Ella-Grace y Hadrien. Juntos forman una familia que los canadienses conocen muy bien y que adoran. Además, Grégoire siempre destaca de su marido su romanticismo y sus dotes para el baile.

Trudeau se ha volcado en su esposa y sus hijos, pues él perdió a su hermano en 1998 y a su padre dos años después, protagonizando un discurso que muchos auguraban como el punto de partida de sus dotes para la política.



Las habilidades de Trudeau van más allá. Es capaz de burlarse de sí mismo en sus anuncios de campaña, de apoyar la legalización de la marihuana mientras reconoce haberla probado de joven y de gritar a los cuatro vientos que si se hiciera una película sobre su vida le encantaría que la protagonizara Meryl Streep.

No le duelen prendas si tiene que besar a alguien en un programa de entrevistas nacional o si tiene que posar con falda escocesa mientras sostiene a un bebé con una sola mano. Pero quizá, lo más llamativo de todo, sea su relación con la reina Isabel II, con la que se intercambia cariñosos tuits en la red social.

Intercambio de tuis entre Isabel II y Justin Trudeau Twitter

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