El club de divorcios multimillonarios ya cuenta con un nuevo miembro. La ex modelo de Pirelli del año 1993 Cristina Estrada (54) y el neurólogo, empresario y jeque saudí Walid Juffali (61) han firmado un acuerdo de separación por 62,8 millones de euros, sin contar las propiedades que ella ya tiene a su nombre.
La fortuna de este árabe -que preside la compañía de gas y petróleo que fundó su padre, EA Juffali y Hnos- asciende, según la prensa británica, a cerca de 6.000 millones de euros.
Los motivos del divorcio son dispares si se consulta a cada una de las partes. Estrada, afincada en Londres, habla de doble vida de su ex mientras que él dice que su ley se lo permite siempre que las trate en condiciones de igualdad. Es complejo.
La pareja estuvo casada durante casi 13 años y juntos tienen una hija de 12, que durante el juicio llegó a llamar a su madre llorando hasta el punto de preguntarle: "¿Voy a convertirme en una niña pobre?".
The Daily Beast ha informado de que el matrimonio se separó después de que Juffali, con permiso de la ley coránica -puede tener hasta cuatro esposas-, se casara con una presentadora de televisión libanesa 25 años más joven. Lo hizo sin divorciarse primero y al parecer sin informar a su todavía mujer. El magnate se casó en Venecia en 2012, con toda la pompa y varios cientos de invitados. La novia lució un collar de 2,5 millones de euros y un vestido diseñado por Karl Lagerferld.
Ha sido precisamente este enlace el que le ha valido a la ex modelo para tener razón y ganar el pleito celebrado en Londres, un juicio que el jeque ha intentado por todos los medios evitar.
En el acuerdo consta incluso la cantidad de 1,2 millones de euros anuales para comprar ropa, dinero para mantener su casa en Londres y la casa de campo en Henley-on-Thames. Además, tiene tres coches en la capital británica y dos en Estados Unidos. Estrada, a la que en los años 90 se la relacionó con el príncipe Andrés, se defendió aludiendo al alto nivel de vida en el que siempre se ha movido.
"Yo era una top, una modelo internacional, y ésa es la vida a la que estoy acostumbrada", ha declarado Estrada, "es muy difícil expresar lo afortunados que hemos sido de poder disfrutar del extraordinario nivel de vida y lujo". Entre esa opulencia, la BBC ha detallado algunas cosas: un chalé en Gstaad, jets privados, entradas para acudir a galas benéficas por valor de 10.000 euros cada una, una iglesia reconvertida en castillo en Knightsbridge y fincas en Surrey y Darthmouth.
Ahora Estrada se queja de que su exmarido le hace vivir con estrecheces, pues le paga sólo un mayordomo y dos doncellas y alega que necesita dos personas más. En cuanto a la asignación mensual, los abogados del saudí aseguran que es de 90.000 euros más una casa en Los Ángeles valorada en 10 millones de euros.
Pero no parece ser suficiente para la modelo, que además reclama un anillo con diamante azul valorado en 12,7 millones de euros que el jeque le regaló en su día que éste aún tiene en su poder. Los letrados de su exmarido insisten en que la única intención de la estadounidense es exprimir al máximo a un hombre que en la actualidad no pasa por su mejor momento, pues tiene problemas de salud.
Nada ha jugado en favor de Juffali. Ni su nuevo matrimonio si su actitud legal. Porque el jeque llegó a montar una tapadera política alegando que era representante diplomático saudí de la isla de Santa Lucía en la Organización Internacional Marítima. Todo para obtener la inmunidad diplomática y quedar exento del juicio en Londres. Pero al final se le descubrió y la triquiñuela no le ha servido de nada.
El de Estrada y Juffali es uno de los divorcios más caros que se recuerdan. Paul McCartney y Heather Mills protagonizaron uno de los más sangrientos de un famoso: ella logró 31,6 millones de euros. También en Londres se dictaminó otra multimillonario separación: la del fallecido rey Fahd de Arabia Saudí y su ex Janan Harb, quien logró casi 19 millones de euros. Más le costó divorciarse a Roman Abramovich. El magnate ruso, propietario del Chelsea, pago 300 millones de euros para separarse de la que había sido su mujer durante 16 años.