El actor Mel Gibson (60 años) parece haber encontrado al fin la estabilidad emocional al lado de Rosalind Ross (26), con la que en los próximos meses se convertirá en padre por novena vez. El actor, muy tradicional en lo que a convicciones religiosas se refiere, no sigue, sin embargo, las convenciones en cuanto a la concepción de la familia.
Gibson oficializó su relación con su última pareja, guionista de profesión, tras la gala de los Globos de Oro del presente año, por lo que la pareja se ha dado prisa por ampliar una familia ya de por sí numerosa para el intérprete, que tiene hijos de otras dos mujeres más.
Sus fuertes convicciones religiosas no le han impedido, sin embargo, separarse de las madres de sus hijos y rehacer su vida las veces que fuera necesario. Así, en 1980 se casó con Robyn Moore (44) y con ella tuvo a siete de sus hijos -todos ellos tienen entre 16 y 36 años-. En el año 2006 el matrimonio se separó físicamente, aunque tuvo que esperar tres años para formalizar el divorcio alegando "diferencias irreconciliables".
Las espaldas de Moore quedaron bien cubiertas al no existir acuerdo prematrimonial y tener que repartir con Gibson la mitad del patrimonio de éste, lo que convirtió la separación en una de las más caras de la historia de Hollywood.
Bastante menos tiempo duró la relación de Gibson con la madre de su octava hija, la pianista rusa Oksana Grigorieva. En 2010 ésta anunciaba el fin de su noviazgo con el actor y director, con el que había tenido a su hija Lucía un año antes y con el que también terminó en los tribunales a cuenta de la custodia de la pequeña y de que la pianista le denunció por agresiones aportando varias grabaciones como prueba.
Un 'católico acérrimo' con peregrinación incluida
Las convicciones religiosas de Mel Gibson son de sobra conocidas, pero en su vida existen contradicciones que le han ocasionado no pocas críticas procedentes del sector más conservador de la Iglesia Católica.
Si bien es cierto que esta facción aboga por no controlar la natalidad, algo que parece seguir a rajatabla el intérprete, el hecho de los divorcios y separaciones son cuestiones que escandalizan a los sectores más tradicionales y que él trata de compensar aportando su granito de arena. Así, ha llegado a donar unos dos millones de dólares a la iglesia de la Sagrada Familia que construyó en Malibú (cerca de la autopista de Mulholland). El lugar es propiedad del actor y tiene capacidad para 400 personas. Como curiosidad, en el templo, considerado como una pequeña secta, se lleva a cabo el rito tradicional de la misa y en latín.
Para ciertos sectores hollywoodienses, las creencias del actor se sitúan en una rama extrema del catolicismo romano caracterizado por la tradición, algo que choca con el hecho de su divorcio y su posterior reconstitución familiar.
Eso sí, entre las aficiones religiosas de Gibson se encuentra la visita, cada cierto tiempo, a uno de los lugares de peregrinaje católicos por excelencia: Medjugorje.
Allí acudió al tiempo de rodar La pasión de Cristo y volvió para preparar otra de sus películas de temática religiosa. Es más, al margen de que su exmujer y sus hijos son asiduos a asistir a la iglesia, el propio Gibson suele acudir a misa con frecuencia, tal y como reconoció Jim Caviezel (47), protagonista de La pasión de Cristo.