Era una profesora de francés apasionada por la literatura, una mujer que cambió su vida entera por amor. Brigitte Trogneux (57), la esposa de Emmanuel Macron (38), daba clase en el liceo jesuita La Providence de Amiens y tenía una vida tranquila con su marido y sus tres hijos. Hasta que conoció a Emmanuel y rompió con todo.
El candidato a presidir la República Francesa era su alumno, un estudiante brillante que leía poemas en voz alta en las clases de la profesora Trogneux. Un chico de 17 años que enamoró a la maestra de 36, quien dejó a su marido para iniciar una relación con el joven. "En clase, siempre lo citaba como ejemplo de estudiante modelo", ha declarado un compañero a Le Parisien, "quedó totalmente subyugada por su talento".
Macron y Trogneux se casaron a los pocos años de conocerse, en 2007, en Touquet, donde tienen una casa. Juntos compartieron vivienda con los tres hijos de ella, ya adultos, a quienes Macron trata como a sus propios hijos. Y a los hijos de los hijos como un abuelo.
Porque Macron es seguramente uno de los abuelos más jóvenes de Francia, ya que los vástagos de su mujer tenían casi su misma edad cuando empezaron a salir. La pareja veraneaba además en el mismo pueblo, Touquet, donde se casaron después, lo que facilitó su relación sentimental, un culebrón que tiene a Francia llena de curiosidad porque casi no existen fotos de la joven Trogneux. Ha sido la revista Semmanale de Canal Plus la que ha publicado una imagen de la época de profesora de Madame Macron.
Su actual marido es un hombre que se enriqueció con la Banca Rothschild y que posee aficiones diversas: a su formación como filósofo especializado en Hegel y Maquiavelo, hay que sumar la de matemático. Además, toca el piano, lo que le ha valido el apodo de Mozart del Elíseo en los pasillos gubernamentales franceses.
Dicen de él en Francia que posee un gran atractivo físico, algo que depende de los gustos. Lo que es indudable es su enorme facilidad de palabra, con la que conquistó a una mujer 20 años mayor que él. La misma labia que lo podría llevar a ser el nuevo inquilino del palacio presidencial. Una mudanza con la que llegaría también Figaro, el perro del matrimonio, un dogo tranquilo a quien suelen pasear juntos.
La esposa de Macron se crió en una familia de seis hermano, en una familia burguesa dedicada al negocio chocolatero. Siempre fue una mujer valiente y adelantada a su época, cuentan las crónicas estos días. Cuando salía a bailar de joven, los hombres giraban la cabeza para mirarla por sus atrevidos vestidos.
Le encantaba el rock y beber whiskey con Coca-Cola, escriben en Paris Match, donde dan el nombre de su primer marido: André-Louis Auzière, banquero. Sus hijos, Sébastien, Laurence y Tiphaine, ingeniero, cardiólogo y abogada, respectivamente, estudiaron en los jesuitas.
Guapa, delgada, siempre pendiente de su look, con la piel bronceada y la sonrisa pegada a la cara, Brigitte Trogneux, Macron de casada, podría ser la nueva primera dama francesa. Mejor que la actual seguro que lo hará porque desde que François Hollande (52) se separara, no ha habido inquilina en el Palacio el Elíseo... Podría pasar de tener un solo residente a cobijar a una familia numerosa, con nietos y todo. Es lo que tiene ser francés.