Así es la vida de Malia Obama en Harvard: fiestas, alcohol, tabaco y chicos
La hija del expresidente de EEUU dio rienda suelta a su pasión con un joven compañero durante un evento deportivo, donde también mostró otros vicios.
21 noviembre, 2017 13:12Noticias relacionadas
Malia Obama (19 años) cursa el primer año de carrera en la prestigiosa Universidad de Harvard. Como cualquier estudiante en su ciclo inicial, la hija mayor del expresidente de Estados Unidos disfruta de los placeres que le otorga la libertad y la juventud, por eso no renuncia a una gran fiesta con sus compañeros de aula y a los amores en la entrada a su edad adulta.
Ya es conocida la faceta desmelenada de Malia cuando acude a algún evento festivo y no duda en mover sus caderas al son de la música, con lo que suele sin habla a las personas que se hallan a su alrededor. Esta vez ha sido un paparazzi del portal estadounidense de noticias TMZ el que ha quedado sorprendido de lo que ha captado su cámara, ya que ante sus ojos vio cómo la primogénita del exlíder de la Casa Blanca comía a besos a un joven moreno que no se separaba de ella.
Sucedió durante el partido de fútbol americano entre Harvard y Yale, un encuentro muy esperado cada año entre las emblemáticas -y enemistadas- universidades. Lejos de preocuparse por el marcador, Malia estaba pendiente de un joven que vestía la camiseta roja con el escudo de su misma universidad en un momento de arrebato de pasión ambos se fundieron en un gran beso con movimiento sensual incluido.
Durante la jornada festivo-deportiva también se la vio con un cigarrillo en los labios en un momento de ocio al aire libre. El hecho de fumar no se trata de ningún pecado, pero sí es una costumbre insalubre que no convence a su madre, Michelle, que ya insistió hace años a su marido, Barack, que dejase el tabaco y se centrara en la vida saludable. Por lo que estas imágenes de su hija fumando no habrán sido para ella plato de buen gusto.
Como en toda fiesta universitaria que se precie no faltaron las bebidas alcohólicas servidas en vasos de plástico. A Malia no se la vio sosteniendo ninguno en esta ocasión y testigos del lugar afirman que ella no formaba parte del grupo de jóvenes borrachos que se reunieron en la zona de parking. Y es que la hija de Obama no necesitaba ninguna bebida estimulante para disfrutar de aquel día, ya que consiguió combatir el frío gracias a las caricias y los besos de su acompañante masculino.
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