Belleza, lujos, riquezas... La familia Hadid puede presumir de ser uno de los clanes más exitosos del momento. Sin embargo, por mucho dinero que puedan tener, hay algo de lo que incluso los más ricos no están exentos: las enfermedades. Y es que la matriarca del clan, Yolanda Hadid (53 años) , ha desvelado en un libro que sufre la afección de Lyme, una dolencia causada por una garrapata que le ha llegado a producir una infección en el cerebro, y que también padecen sus hijos: Bella (21) y Anwar Hadid (18).
La obra, titulada Créanme: mi batalla contra la invisible incapacidad de la enfermedad de Lyme, constituye un relato crudo sobre la batalla que esta exmodelo, estrella televisiva y diseñadora de interiores ha tenido que llevar a cabo para superar los síntomas de esta afección.
Aunque fue diagnosticada en 2012, la enfermedad lleva afectando a su vida desde hace años. Según ella misma relata, al principio no hizo caso a las advertencias de su cuerpo: ojeras, migrañas, pérdida de cabello (que escondía con extensiones), visión borrosa, fatiga, dolor en las articulaciones... Finalmente, y tras un gran número de pruebas y visitas a distintos médicos sin un claro diagnóstico, hace 6 años le revelaron que lo que padecía era la enfermedad de Lyme.
Todo tipos de tratamiento, sin éxitos
Tras ser diagnosticada, la exmodelo intentó mil y un tratamientos que, a su pesar, no tuvieron el éxito deseado: antibióticos, terapias con células madre en un sótano de un hotel de Tijuana, enemas de hierbas... Todos ellos parecían aliviar su dolor de manera momentánea, pero al poco tiempo la dura realidad de su enfermedad terminaba por reaparecer.
Ante el recrudecimiento de los síntomas, entre los que se incluía la pérdida de la "habilidad" de leer, escribir, e incluso ver la televisión, y la desesperación por todos estos tratamientos fallidos, la madre de Bella y Gigi Hadid (22) asegura que incluso llegó a considerar el suicidio. Concretamente, en un viaje a Florida se acercó al océano donde, asegura, suplicó: "Dios... por favor, llévate todo mi cuerpo. Solo quiero desaparecer". Sin embargo, tras pensar en sus hijos y una posible cura para la enfermedad, abandonó esta idea.
Así, la mujer decidió tomar el toro por los cuernos y tratar de llevar una vida lo más normal posible. En este sentido, continuó con su trabajo al frente del reality show The Real Housewives of Beverly Hills, donde el propio elenco de este programa le recriminaba que una persona con esta enfermedad podía seguir el ritmo del mundo televisivo. Unas acusaciones de las que ella se justificaba asegurando que necesitaba el dinero.
No obstante, parece que su salud en el último tiempo sí que ha mejorado. Para ello, la madre de las modelos lleva a cabo un estricto plan: dos veces a la semana se administra, ella misma, vitamina IV (una fórmula multivitamínica), una dieta "libre de toxinas" y medicamentos recetados por un médico especializado en enfermedades crónicas. En este sentido, aseguró que se pellizca "todas las mañanas porque siento tanta gratitud por estar vivo y por poder volver a trabajar".