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    Los mejor los peor vestidos en la gala del MET.

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    Anna Wintour, organizadora del evento y directora de 'Vogue', tenían claro que el catolicismo era el tema elegido para la velada, y supo combinar a la perfección la sencillez y elegancia en un traje que le sentía estupendamente.

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    El conjunto de Katy Perry fue uno de los más comentados de la noche. Su estilismo recordaba a los ángeles con las grandes alas que la acompañaban, a lo que sumó un estilo dorado y metalizado que bien haber recordado también a un cierto estilismo egipcio. En definitiva, demasiados elementos que hacían más del vestido un disfraz que un 'outfit' para una velada. Solo nos queda una pregunta, ¿cómo se sentó la cantante durante la cena?

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    Donatella Versace acudió a la gala del MET con un estilismo que, aunque acertado en lo básico, poco tiene de novedoso en lo que a una mujer de su nivel se refiere. La diseñadora desaprovechó la temática (catolicismo) para deslumbrar con algún conjunto atrevido o con un 'outfit' donde pudiera dejar patente la tradición religiosa de sus raíces italianas.

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    Amal Clooney siempre va un paso más allá con sus estilismos, y la gala del MET no iba a ser una excepción. La abogada optó por un traje pantalón con un corset y una capa con motivos florales de satén, con un pantalón ceñido del mismo tejido. Una opción que, sin embargo, escondió entre tanta tela la elegancia que caracteriza a la esposa del actor.

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    Son pocas las ocasiones en las que Black Lively escoge un atuendo que no se ajuste a su cuerpo, su estilo, o la ocasión, y la gala del MET no fue una de estos pocos momentos. La actriz posó con un vestido de Versace dos piezas con una falda kilométrica en tonos burdeos. Todo un acierto con el que se la veía estupenda.

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    Kylie Jenner demostró en la gala del MET que sigue teniendo un cuerpo fabuloso tras ser madre recientemente. Para ello escogió un vestido ceñido palabra de honor con una gran falda. Sin embargo, los complementos (en especial las gafas de sol) junto con el peinado desmerecían un conjunto tan favorecedor.

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    Madonna acudió con uno de los conjuntos más originales de la noche, con un cierto aire medieval (con corona incluida). La opción, sin embargo, estaba demasiado recargada con elementos que terminaban por transformar el que podría haber sido uno de las apuestas más acertadas de la noche en una especie de disfraz.

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    Anne Hathaway ha sido una de las que mejor ha sabido compaginar la comodidad y la elegancia con la temática de la fiesta del MET. La actriz optó por un vestido donde se jugaba con los volúmenes en color rojo, tonalidad que siempre le ha sentado estupendamente a la joven, y el detalle lo ha puesto con la corona que bien recordaba a las coronas que se pueden observar en los cuadros religiosos y que constituía un complemento perfecto.

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    Ariana Grande escogió un vestido sencillo a la par que elegante, con pequeños toques gracias al tejido y la caída del vestido. La única pega es el lazo en la parte superior, que le otorgaba un cierto carácter infantil y que no eran la mejor opción, ni para ese peinado ni para su tono de piel.

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    Sarah Jessica Parker es conocida por llevar la extravagancia y la opulencia a otro nivel, y en la gala del MET se ha superado. El vestido que escogió destacaba por tener un cierto corte medieval con aires rococó con bordados y algunos corazones. Por si fuera poco, la actriz complementó el 'outfit' con un tocado que recordaba a los sagrarios del catolicismo y al que añadió una gran flor blanca en un lateral. Demasiado incluso para Jessica Parker.

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    La actriz Kerry Washington lució espectacular con un traje ceñido en tonos dorados con cuello redondo, manga larga y con una amplia falda plisada que combinó con un peinado donde ha dejado el pelo afro suelto y que era el complemento perfecto para este 'outfit'. Todo un acierto.

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    La actriz Olivia Munn acudió a la velada con un traje ceñido en tonos dorados con un pronunicado escote en la parte frontal y en la abertura lateral de una pernera. Un conjunto que, sin embargo, se desmerecía al escoger unos complementos de las mismas tonalidades que hacían el 'outfit' muy plano.

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    Irina Shayk acudió a la gala de los MET con un traje ceñido con pedrería y plumas que fue uno de los grandes aciertos de la noche. La maniquí combinó el conjunto con un collar y unos tacones dorados.

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    La actriz Lili Reinhart optó en la gala del MET por uno de los vestidos más socorridos en el último tiempo: escote tipo barco, mini falda, ceñido en el torso como si de un corset se tratara y una larga cola en la parte trasera. ¿El problema? Son varias las ocasiones que distintas asistentes han acudido con este tipo de vestidos que, en este caso, la escasez de tela en la parte de la cola no conseguía el efecto que sí tuvieron los otros modelos.

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    Bella Hadid optó por un vestido negro de Gareth Pugh que tenía tantos elementos que ha conseguido desconcertar a muchos: cola, falda de tubo ceñida, chaleco con grandes solapas, parte superior estilo corset de plástico, largos guantes... Una elección en la que algunos han querido ver, incluso, una referencia al infierno.

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    Miley Cyrus dejó con la boca abierta a los asistentes por una razón poco habitual en ella: la sencillez y la elegancia. La cantante, que tan acostumbrada nos tiene a sus conjuntos extravagantes, escogió un traje negro con un pronunciado escote en la espalda que dejaba a la vista sus abundantes tatuajes.

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    Rihanna ha vuelta a dejar con la boca abierta a todos los asistentes al MET, pero esta ocasión no por las buenas razones. Se trata de un 'total look' inspirado en la vestimenta del Papa (con corona incluida) que fue diseñado para la ocasión por Margiela.

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    La modelo Gisele Bündchen escogió un vestido ceñido con distintos cortes y caídas con un pronunciado escote en la parte superior e inferior que permitía adivinar la estupenda figura de la maniquí. Un conjunto que, sin embargo, no parece la opción más acertada para esta gala.

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    Jared Leto se presentó en la velada con un conjunto en el que algunos han querido ver una referencia a Jesucristo por su pelo, la corona de oro y la estola.

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    La cantante Rita Ora optó por un vestido de Prada con un diseño de color negro (acompañado de pequeñas flores de color) complementándolo con un bolso de color amarillo con una corona de pinchos y flores que recordaba a las coronas de los cuadros religiosos.

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    Emma Stone acudió con un traje sencillo y elegante a la velada en tonos azules con pequeños remates dorados. Sin embargo, muchos han puesto de relieve que el vestido no parecía ser el más acertado por una velada inspirada en el catolicismo.

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    Kendall Jenner acudió a la alfombra roja siendo una de las pocas que apostó por la sencillez: un traje total white con pantalón y camisa de gran volumen.

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    Kim Kardashian escogió un diseño de Versace que le ha valido ser una de sus grandes aciertos. Es un vestido ceñido de lentejuelas doradas con un escote con un pronunciado escote y con pequeños guiños al catolicismo.