El presidente de EE.UU., Donald Trump (72 años), y la primera dama, Melania Trump (48), cumplieron este miércoles con la tradición anual de encender las luces del Árbol Nacional de Navidad, ubicado frente a la fachada sur de la Casa Blanca.
Trump cedió el honor del encendido a su esposa Melania, que pulsó el interruptor después de una cuenta regresiva iniciada por el presidente y secundada por los asistentes para descubrir un árbol iluminado en verde y rojo. Un momento de gran emoción ante el cual la primera dama no pudo reprimir la emoción y se le escaparon unas cuantas lágrimas captadas por las cámaras.
"¡Feliz Navidad!", exclamó Trump después de dedicar unas palabras a aquellos afectados por los "devastadores incendios forestales, destructivos huracanes y terribles tragedias" que han azotado a EE.UU. en los últimos meses. "Esto son los Estados Unidos. Somos los mejores del mundo y nadie está ni siquiera cerca", dijo.
Para la ocasión Melania escogió un gran largo abrigo blanco, ideal para soportar las bajas temperaturas en la capital estadounidense, que combinó con un suéter de de cuello vuelto y unos guantes de piel en la misma tonalidad.
Alrededor del gran Árbol Nacional de Navidad se instalaron, como es habitual, 56 árboles de tamaño menor cuyos adornos diseñaron escolares dedicados a cada uno de los 50 estados de la Unión y los territorios, entre ellos Puerto Rico.
Antes de la ceremonia en la fría noche de Washington, donde los termómetros marcaban 1º C, la primera dama defendió los árboles de Navidad de color rojo que mandó instalar en el interior de la Casa Blanca y que han generado cierta controversia.
"Estamos en el siglo XXI y cada uno tiene su gusto diferente. Yo creo que se ven magníficos. En vivo, se ven aún más bonitos", dijo Melania Trump a los periodistas que la acompañaban.
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