El gran misterio sobre la inmensa herencia de Karl Lagerfeld ha quedado casi resuelto y es tan sorprendente y extravagante como lo era el propio diseñador alemán. El káiser de la moda dejará a su gatita gran parte de su fortuna; nada menos que 150 millones de dólares -que equivale a 132'7 millones de euros- para que su felino blanco viva sin preocupaciones y lleno de cuidados hasta el fin de sus días.
Choupette, que es como se llama la famosa gata de raza birmana, era la fiel compañera del modisto y es toda una celebrity de cuatro patas en el mundo de la moda. Tiene su propia cuenta de Instagram con 180.000 seguidores y hasta un libro publicado en el que narra como si de un diario se tratara su interesante rutina al lado de su dueño.
Fue en el año 2012 cuando Lagerfeld aseguró que se "había enamorado" de un ser muy especial, y no era otra que de su mascota. Choupette se convertía así en la figura más mimada del creativo y en el amor más vivo del modisto, que desde que perdió a su compañero de vida Jacques de Bascher en 1989 no supo volcar ese cariño en nadie, hasta que llegó el felino de ojos grandes y pelo suave. Precisamente la gata fue un regalo del joven modelo Baptiste Giabiconi, con quien también se le relacionó en esa época.
Tras la muerte del diseñador y después de conocer que el felino herederá más de 132 millones de euros puede que la vida del animal sufra algún cambio. Y es que hasta ahora no había semana en la que la gata deje a sus fans sin una foto de su vida, ni desfile en el que Lagerfeld no hablara de su mascota: "Es la gata más famosa y rica del mundo". Y es que el animal está acostumbrado a viajar en business o en aviones privados y se pasea cual reina del lugar. Además, tiene sus propias 'doncellas' para ser cuidada y cada 15 de agosto celebra su cumpleaños por todo lo alto con regalos de grandes marcas y hasta siendo la protagonista de alguna campaña de la firma Lagerfeld.
Tanto es así, que la propia gata también tiene acumulada una fortuna valorada en casi dos millones de euros por haber trabajado como modelo para varias firmas, por promocionar unos cosméticos japoneses y por posar en un calendario de una conocida marca de automóviles.
En una entrevista de hace años, Lagerfeld ya apuntaba con seguridad cómo quería pasar a la vida eterna y también cómo deseaba que se actuara en caso de la muerte de su mascota: "He pedido que me incineren y que mis cenizas se dispersen con las de mi madre... Y los de Choupette, si ella muere antes que yo".
Otro posible beneficiario
Se llama Hudson Kroenig y es un niño de 10 años de edad. Se trata del ahijado de Lagerfeld que trabaja como modelo desde su primer año de vida, en el que apareció en un desfile del diseñador de la mano de su padre. Desde aquel entonces nunca se ha separado del káiser de la moda y se convirtió en su amuleto para abrir y cerrar las pasarelas de medio mundo. Por ello, lo más probable es que el que fuera director creativo de Chanel no se haya olvidado del joven y le haya dejado una porción especial de su amplio patrimonio tras su muerte.
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