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1 de 9 Una granja nada campestre
Esto es Red Gate Farm, la villa en la isla de Martha's Vineyard en Massachusetts donde la familia Kennedy era feliz cada verano.
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2 de 9 Vegetación infinita
Es un refugio salvaje frente al océano en la costa de Nueva Inglaterra, inundado de verde donde los 4 hijos del matrimonio, Arabella, Caroline, John Fitzgerald Jr y Patrick jugaban bajo el sol.
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3 de 9 Interior muy pastel
Jackie era una gran amante de los colores suaves, sobre todo el azul y el rosa o el salmón y sus salones y estancias de la vivienda respiran el estilo de la ex primera dama.
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4 de 9 Ideal para el descanso y el deporte
Entre sus hectáreas de terreno destacan la piscina, la cancha de tenis, dos garajes, un apartamento de invitados y otro para el personal. Todo exquisitamente cuidado cada estación del año.
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5 de 9 Privacidad de lujo
No necesitaban salir de la residencia porque todo estaba a su alcance. Es como una ciudad en la que puedes caminar sin repetir paisaje o perderte en su playa privada de casi 2 kilómetros de longitud.
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6 de 9 Paraje de ensueño
Mar y vegetación. Agua y tierra. Alrededor de los 600 metros cuadrados de vivienda se extiende todo un inmenso paisaje que termina en el horizonte con todo un océano a escasos metros del porche.
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7 de 9 Una casita de muñecas
En estos escalones de entrada se sentaban los Kennedy junto a sus hijos para disfrutar de la brisa que llegaba del mar y para jugar con ellos resguardados del sol y el calor.
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8 de 9 Rincones para fotografiar
Es un lugar idílico para la reflexión con sus grandes prados y la paz que irradia el mar. Por eso dispone de un coqueto mirador con vistas al océano azul que se funde con el verde del campo y el blanco y celeste del cielo.
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9 de 9 El legado de los Kennedy
Su hija Caroline Kennedy continuó el legado de Red Gate Farm, y en el año 2000 le encargó a Deborah Berke, decana de la Escuela de Arquitectura de Yale, renovarlo y ampliar la vivienda.
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