El cantante y compositor Elton John (72 años) está a punto de publicar su autobiografía llamada Me. Se trata de una obra repleta de anécdotas con todo tipo de personalidades y famosos, fruto de una vida desarrollada en las más altas esferas.
El músico ha desvelado en el libro la profunda relación que mantiene con la Familia Real británica, tanto con la reina Isabel II (93), como con la fallecida Lady Di, y luego con sus dos hijos, el príncipe Guillermo (37) y el príncipe Harry.
Elton John llegó al palacio de Buckingham en la década de 1970, de la mano de la princesa Margaret y la reina Madre, que eran unas grandes amantes de su música. La hermana de Isabel II fue fotografiada en el backstage de un concierto de Elton John, y se sabe que tras el evento se invitó a su grupo a tonar en el Palacio de Kensington.
El compositor terminó forjando una gran amistad con la Familia Real, y a finales de la década decidió mudarse al estado de Woodside, a una gran residencia que se había construido en la frontera del Windsor Great Park. Era una vivienda que se construyó para el médico de Enrique VIII, para que el monarca pudiera tener cerca al doctor.
Gracias a esta unión con la Familia Real, el compositor ha podido presenciar algunos momentos de lo más llamativos. Guarda un especial recuerdo de una fiesta en la que la Reina abofeteó al vizconde Linley en la cara mientras decía: "'No' -golpe- 'discutas' -golpe- 'con' -golpe- 'migo' -golpe- 'Yo' -golpe- 'soy' -golpe- '¡LA REINA!'"
Lady Di, una gran amiga
Uno de los episodios más emotivos que narra en el libro fue su amistad con Lady Di. El músico y la princesa se conocieron en el 21 cumpleaños del príncipe Andrés, que se celebró en el castillo de Windsor en 1981. Un evento que reunió a 500 personas, entre las que se encontraba lo más nutrido de la sociedad británica.
Era una fiesta con mucha pompa, pero con pocos decibelios. "Debido a que la Reina estaba allí, y nadie quería ofender las sensibilidades reales, la música disco se puso lo más bajo posible pero sin llegar a apagarla", ha explicado en su libro Me en unos extractos que ha dado a conocer The Times, "podías escuchar literalmente tus pies moviéndose en el piso por encima de la música".
Elton John ha explicado que en ese momento apareció la Reina, con su bolso de mano, y preguntó si podía unirse al grupo de baile: "Así que ahora estaba tratando de bailar lo más inaudiblemente posible con la princesa Anne y la Reina, aún sosteniendo su bolso de mano, en lo que parecía ser la discoteca más tranquila del mundo [...] Hice todo lo posible para crear una expresión facial que sugiriera que estas eran cosas perfectamente normales".
Al final le tocó el turno de bailar con Diana, que entonces tenía 19 años y en un mes iba a contraer matrimonio con el príncipe Carlos (70). Elton John ha asegurado que terminaron "gritando por la debilidad de la música disco" al tiempo que fingían que bailaban el charleston.
Fue el inicio de una amistad que duraría años, y en la que el músico demostraría ser uno de sus apoyos más incondicionales. En 1990, después de que Diana se divorciara del príncipe Carlos, John organizó una cena para Lady Di, con invitados de la talla de George Michael, Richard Gere (70) o Silvester Stallone (73).
"La escena más peculiar jamás desarrollada. Inmediatamente, Richard Gere y Diana parecían muy entrelazados... Terminaron sentados juntos frente a la chimenea, absortos en su conversación", mientras en el pasillo Stallone y Gere estaban "enfrentándose el uno al otro, aparentemente a punto de resolver sus diferencias sobre Diana con una pelea a puñetazos".
Finalmente, Stallone abandonó furioso la casa diciendo: "Nunca habría venido si llego a saber que el jodido príncipe encantador estaba aquí", a la vez que aseguraba que "si la hubiera querido, me la habría llevado".
Otro de los momentos más duros que tuvieron que vivir Elton John y la princesa Diana fue el funeral de su buen amigo Gianni Versace, asesinado en el verano de 1997.
"Creo que debería de señalar que la famosa fotografía que la prensa tiene de ella consolándome supuestamente (donde ella se inclina hacia mí, hablándome, mientras tengo los ojos rojizos y vidriosos de pena) es un momento del servicio en el que ella no estaba haciendo nada de ese estilo", ha explicado Elton John, que ha desvelado que lo que hacía era buscar un caramelo de menta. "Las exactas y cálidas palabras de apoyo que pronunciaron sus labios en ese exacto momento eran: 'Dios, me encanta un Polo'".
Una madre muy dura
En su autobiografía Me Elton John también ha relatado cómo fue su relación con su madre, Sheila Farebrother. El artista ha explicado que su progenitora siempre fue muy crítica con él tanto en su trabajo como en su vida personal.
"Si hacía un nuevo álbum, era una basura; si compraba un cuadro, era muy feo; si tocaba en un concierto solidario, era la actuación más aburrida a la que había asistido y que se salvó por la participación de otro artista", ha relatado en unos extractos que ha publicado Daily Mail.
"Pasar tiempo con ella era como invitar a almorzar o de vacaciones a una bomba sin detonar: siempre estaba histérica, como cuando yo era niño. Para cuando nació Zachary (su primer hijo), ya no nos hablábamos en absoluto. Un periodista, en busca de la primicia, le preguntó a mi madre sobre cómo se sentía al no conocer a su primer nieto. Y ella dijo que no le molestaba porque nunca le habían gustado los niños", ha recordado.
El músico y su madre se distanciaron cuando Elton John decidió despedir a su asistente personal, Bob Halley "Mamá estaba absolutamente furiosa cuando se enteró de que Bob se había ido: se llevaban muy bien. Ella no quiso escuchar mi versión y me dijo que Bob siempre había sido más un hijo para ella que yo mismo. Y fue entonces cuando me dijo: 'Te importa más esa maldita cosa con la que te casaste que tu propia madre'. No volvimos a hablar durante los siguientes siete años", ha explicado.
Diagnosticado de cáncer
En 2017, el mismo año que murió su madre, Elton John fue diagnosticado de un cáncer de próstata tras un rutinario chequeo médico. En vez de someterse a quimioterapia, el compositor decidió que prefería "cortar por lo sano" y someterse a una cirugía para que le extirparan la próstata.
La operación fue un éxito, pero el cantante contrajo una infección que derivó en serios problemas: "Fui muy afortunado, aunque en ese momento no me di cuenta", ha asegurado. "Estuve despierto toda la noche, preguntándome si iba a morir [...] En el hospital, solo, a altas horas de la noche recé: 'Dios, no me dejes morir, déjame ver a mis hijos otra vez, dame un poco más de tiempo'".
Su pronóstico era tan grave, que los doctores incluso avisaron a su marido que podría morir: "Los médicos le dijeron a David que me quedaban 24 horas de vida. Si la gira por sudamérica hubiera durado un día más, estaría fiambre".
Tras once días ingresado en el hospital, recibió el alta y estuvo siete semanas recuperándose en su casa.
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