Carolina Herrera (80 años) ha asistido al Latin American Fashion Summit, que se ha celebrado en Cartagena de Indias, y durante su intervención ha cuestionado duramente el trabajo de las influencers.
"Las influencers son algo que parece muy importante. Yo no lo entiendo mucho y te voy a explicar por qué", ha comenzado a explicar la diseñadora venezolana, quien ha querido narrar una anécdota personal sobre el desfile más reciente de su marca donde tuvo que lidiar con las influencers.
Herrera ha explicado que al encontrarse con un grupo de estas chicas, se giró y preguntó qué hora era (en ese momento era por la mañana). Uno de sus ayudantes, extrañado, le respondió que por qué preguntaba eso, y ella aseguró: "¿Por qué todas estas niñas están vestidas de noche? Todas de vestido de tul, una con una tiara de brillantes, otra con vestido largo, a las diez de la mañana", ha asegurado, "Bien, perfecto. Estas supuestamente son las influencers que te van a ayudar a vender tus colecciones. Estas chicas salen del desfile y se cambian inmediatamente para irse al de Michael Kors o el que sea".
Carolina Herrera es una de las pocas firmas que no se ha sumado a esta tendencias de las influencers, sino que ha apostado por continuar su negocio de la manera tradicional, contratando a modelos para sus campañas.
Algo que ahora se explica teniendo en cuenta las palabras de su creadora: "Para mí, no son el estilo de la moda. Son el estilo del dinero", ha apuntado señalando que "ellas no tienen su estilo. Ellas se ponen lo que le den para un show".
Toda una vida dedicada al diseño
A diferencia de otros compañeros de profesión que conforme daban sus primeros pasos también daban sus primeras puntadas, esta venezolana no comenzó a diseñar hasta pasados los 40 años. Una edad tardía que no le ha impedido alcanzar el olimpo de los diseñadores más respetados del mundo de la moda.
Lo ha hecho desde un estilo clásico y depurado que desde el primer momento reflejaba el gusto de la clase alta neoyorquina en la que la venezolana se introdujo con una gran facilidad cuando llegó a la ciudad en 1980.
Desde niña había estado en contacto con el mundo de la moda (a los 13 años asistió a un desfile de Balenciaga) y había trabajado como publicista para Pucci en Caracas. Pero fue su amistad con los más modernos de aquella época, desde Mick (74) y Bianca Jagger (74) a Andy Warhol, la razón de su entrada en el mundo de la moda, de la mano de Diana Vreeland, todopoderosa editora de Vogue, el puesto ahora ocupado por Anna Wintour (70).
Su primera colección la presentó en el Metropolitan Club de Nueva York y su éxito fue tal que pronto empezó a vestir a personalidades como Elizabeth de Yugoslavia (83), Ivana Trump (70), Kathleen Turner (65) y Nancy Reagan.
Aunque su mejor embajadora fue Jacqueline Kennedy Onassis, a quien vistió durante doce años. Incluso se encargó de realizar en 1986 el traje de boda de su hija, Caroline Kennedy.
Además de haber vestido a lo largo de los años a varias de las primeras damas de Estados Unidos, como Laura Bush (73), Michelle Obama (56) y Melania Trump (49).
Porque la seña de su trabajo ha sido siempre una sutil y discreta elegancia con un corte impecable, pero no exenta de detalles de lujo, algo muy del gusto de estas damas consortes de la política o de actrices como Renée Zelwegger (50), que suele acudir a los Óscar con vestidos de la casa.
Todas ellas han disfrutado de la máxima de Carolina Herrera: "Tengo una responsabilidad con la mujer de hoy. Hacer que se sienta con confianza, moderna y, sobre todo, hermosa". Y ella lo ha logrado con sus diseños atemporales, en los que no se ha dejado influir por las modas pasajeras y que siempre ha apostado por las líneas sencillas y depuradas.
[Más información: Carolina Herrera, acusada de plagio por su última colección crucero]