Boris Johnson (55 años) está cada vez más cerca de devolver a Gran Bretaña el liderazgo que cree que merece. Con la mayoría absoluta que ha obtenido en las elecciones, pronto podrá culminar la primera fase del brexit. Seguirá como primer ministro del Reino Unido después de que el Partido Conservador se impusiera ante el laborismo izquierdista de Jeremy Corbyn (70), que encajó una derrota de proporciones históricas. Cinco años por delante de mandato que podría dar lugar a un auténtico culebrón, teniendo en cuenta el historial sentimental del estadounidense plagado de divorcios, infidelidades, litigios con la prensa, hijos ilegítimos y amantes. Aunque parece haber encontrado la estabilidad gracias a Carrie Symonds (31).
Así, Lady Brexit, experta en comunicación política, se postula como la futura primera dama de Gran Bretaña. De hecho, ya suenan campanas de boda. La 'señora' Symonds, casi 25 años más joven que él, se ha convertido en la particular estrategia de comunicación de Johnson. El estadounidense comprobó que su antigua agitada vida personal le hacía perder el apoyo de algunos de sus votantes más conservadores.
La novia de Boris, extrabajadora del partido tory, trabaja en el grupo ambiental Oceana, pero se tomó seis meses de descanso para ayudar en la campaña de su pareja y, presumiblemente, futuro marido. La novia del mandatario parece haberle hecho sentar la cabeza. Incluso, le ha asesorado acerca de su imagen. En concreto, alentándole a perder peso y a dejar el alcohol. No solo eso; podría haberle aconsejado acerca de su nuevo corte de pelo, mucho más moderno que el anterior. Pese a este panorama idílico, este verano una pelea con su novia casi le cuesta su cargo al político. Un contencioso que fue denunciado por los vecinos de Boris a la policía tras varios gritos y portazos.
Uno de ellos relataba a The Guardian que escuchó a una mujer gritar antes de que se oyera un fuerte portazo. También señalaba que en un momento de la disputa pudo escuchar a Symonds, la ex relaciones públicas del Partido Conservador por la que Johnson abandonó a su mujer, Marina Wheeler, gritarle "quítate de encima" y "sal de mi apartamento".
La novia de Boris se ha convertido en la gran protagonista de los principales tabloides británicos. Han salido a la luz historias escabrosas de exnovios de ella y de examantes de él, y todos coinciden en lo fogosos que son y lo mucho que disfrutan con el sexo salvaje y lo complicados de llevar que son cuando se enfadan.
Una familia acomodada
Carrie es hija de Matthew Symonds, uno de los fundadores de The Independent, y de Josephine Mcaffee, una de las abogadas del periódico. La joven se crió en East Sheen South West London, una exclusiva zona al suroeste de la ciudad. La pareja de Johnson estudió en el Goldophin and Latymer School. Después, estudió Historia, Teatro e Historia del Arte en la universidad.
Tras graduarse, Symonds trabajó en el gabinete de comunicación de altos cargos conservadores. Primero, como secretaria y después con 29 años como directora de comunicación del Partido Conservador cuando conoció a Johnson. La relación de la pareja se estrechó a partir de junio de 2017. Los rumores de su historia de amor surgieron cuando fueron captados cenando en un restaurante en el día de San Valentín. Tras ser acusado de infiel por la prensa británica, el pasado septiembre el político anunció su divorcio de su segunda esposa y madre de cuatro hijos, la abogada Marina Wheeler, con quien ha estado casado 25 años.
Feminista y preocupada por el medio ambiente
Tras ocho años en el Partido Conservador, en agosto de 2018 Symonds renunció a su puesto para unirse a Michael Bloomberg en su programa de protección de los océanos Vibrant Oceans. Aparte de su preocupación por el medio ambiente, la británica es feminista y fiel admiradora de Michelle Obama (55).
Symonds también ha abordado en público otros asuntos importantes para ella. A varios medios británicos, les contó una de sus vivencias más traumáticas de su adolescencia, su encuentro con John Worboys, conocido en el Reino Unido como el "violador de taxis" que se cree que atacó al menos a 100 víctimas. A los 19 años, Symonds compartió un viaje con Worboys hasta su casa en el oeste de Londres y durante el trayecto le ofreció alcohol, lo mismo que hizo con sus víctimas. Ella comentó que no se acordaba de nada de lo que pasó después.
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