Antes de morir, Karl Lagerfeld confesaba en una carta a un amigo que era un hombre infeliz, una realidad lejos de la percepción que tenía el hombre con el que pasó los últimos diez años de su vida. El amante del Kaiser, Baptiste Giabiconi (30 años), se ganó su confianza, su respeto, devoción y se convirtió en "la última forma de amor terrenal" del diseñador. Una relación especial que el modelo recuerda en las páginas de su libro Karl et moi. Fue tal la admiración mutua que su nombre figura en el primer lugar en la herencia que dejó el alemán. Por detrás incluso de su gata Choupette.
La estrella de la moda tomó a este joven del sur de Francia bajo su protección y lo ayudó a despegar hasta convertirlo en un top model, estrella de televisión e incluso cantante. "A la edad de 18 años me encontré con este hombre (Karl). Vio llegar a este joven, menos ansioso por tener éxito que por participar en un impulso, encontrar un horizonte".
Hasta aquel 8 de junio de 2008-el día que se conocieron- Baptiste había crecido rodeado de mujeres y había trabajado en distintos sectores como el de la hostelería y la restauración. Justo antes de que el diseñador se fijara en él, el francés había sido mecánico. Se encargaba de montar piezas en Eurocopter, una empresa de helicópteros.
La primera reunión de la pareja se produjo durante una prueba fotográfica para una conocida marca de ropa interior. "No lo veía viejo, ni joven (...) Pensé que tendríamos toda nuestra vida por delante, él y yo", comenta en el Karl et moi.
Ahí empezó todo. Baptiste comenzó a posar para la marca Lagerlfed por la friolera de 17.000 euros, y a participar en sesiones de fotos privadas en su casa para su trabajo fotográfico personal.
"Era imposible faltarle al respeto porque todo su entorno se componía únicamente de personas que estaban enamoradas de él (...) Era uno para todos y todos para él", comenta Baptiste en las páginas de su libro."Era el jefe del clan y de la familia. Vivían alrededor de su mundo".
Además del modelo otro de los hombres de confianza de Lagerfeld fue Sébastien Jondeau, su conductor, a quien Baptiste llama "hermano". Sin embargo, su relación parece estar marcada por los celos. Aparecen en el libro como dos hermanos peleándose por quién será el hijo favorito.
Karl siempre estuvo bien rodeado pero alejado de las nuevas tecnologías. Durante mucho tiempo, se negó a tener un teléfono móvil. Era una de las pocas personas que siempre usaba el fax, una máquina a la que recurría para enviar sus dibujos. No fue hasta que conoció a Baptiste cuando empezó a descubrir las posibilidades que brinda Internet.
"¿Qué haces? ¿No soy yo más interesante que un Iphone"", le decía cuando veía al joven entretenido con su teléfono. En poco tiempo, el Kaiser aprendió con destreza a navegar por Internet e incluso llegó a adquirir 359 iPods para almacenar toda su música.
En el libro, el joven también desvela las rutinas del diseñador como el vaso que bebía en las comidas de Château Cheval Blanc. Antes, el modelo asegura que el diseñador nunca consumió alcohol. En su apartamento siempre tenía la nevera llena de Pepsi Max. También tenía siempre una botella de champán Ruinart en la puerta de su refrigerador, en el caso de que tuviera invitados. "Nunca bebió una gota de alcohol excepto durante los últimos cinco años que bebió un vaso de vino blanco", comenta.
Todo en la vida del kaiser debía llevar un orden, una lógica. Siempre fue bastante comedido y reservado con su intimidad: "En diez años yo nunca le vi con el torso descubierto, sin peinar o afeitándose. Nunca lo encontrabas desprovisto".
El libro también narra una de las polémicas que protagonizó el francés con una íntima amiga del director creativo. En 2012, Katy Perry (35), que acaba de regresar a la soltería tras separarse del humorista Russell Brand (44), volvía a acaparar titulares por un motivo totalmente diferente al complicado proceso de divorcio en el que se encontraba inmersa.
La artista había sido fotografiada muy bien acompañada en un desfile de Chanel durante la Semana de la Moda de París por un maniquí de 22 años llamado Baptiste Giabiconi, el protegido de Karl Lagerfeld. Días mas tardes fueron captados en actitud cómplice a altas horas de la madrugada a la salida de un hotel francés. Sin embargo, Baptiste ha confesado en el libro que todo fue un montaje.
La idea de sentarlos juntos en el desfile fue de Lagerfled porque consideró que "quedarían bien juntos en las fotografías", pero el modelo quiso ir más allá. Él mismo se encargó de avisar a sus amigos en el lugar en el que se encontraría con la estrella del pop.
Los últimos días de su vida
La relación entre la pareja cambió en los últimos meses de vida del diseñador. El joven se acabó emancipando y mudándose a Londres, dejando atrás París, la ciudad que le dio la oportunidad de brillar en el modelaje.
"En los últimos meses, nuestra relación ha cambiado. No sabía que estos meses serían los últimos, que el único reloj que Karl no podía controlar había comenzado. El tiempo se acababa ", cuenta el joven en su libro. La estrella de la moda fallecía el 19 de febrero de 2019 a los 85 años a causa de un cáncer.
[Más información: Habla el hombre de confianza de Karl Lagerfeld: así fueron los últimos años del diseñador]