Sean Connery ha fallecido este sábado a los 90 años de edad y su viuda, Micheline Roquebrune (91), esa mujer con la que ha permanecido exactamente la mitad de su vida, llora la pérdida del hombre que la cautivó de un flechazo hace casi medio siglo.
Cuando se conocieron, él ya era el consagrado James Bond de las gigantescas pantallas de cine y el galán por excelencia del dorado Hollywood. El actor había acaparado durante años portadas de prensa por sus breves romances con algunas de las actrices más deseadas del momento como Raquel Welch, Brigitte Bardot, Ursula Andress, Jill St. John y Lana Wood. De hecho, cuando se encontraron por primera vez, Connery estaba casado con Diane Cilento y Roquebrune también tenía pareja. Pero ese hecho no frenó la química que se despertó entre ellos.
Todo ocurrió en Marruecos, concretamente en el club de golf Mohammedia. De día intentaban disimular su atracción, pero cuando caía la noche Micheline y Sean se fundían en uno en ardientes relaciones sexuales."Los cuatro días que siguieron a nuestro encuentro, continuamos jugando al golf como dos extraños y después nos reuníamos para hacer el amor como dos locos. La realidad es mejor que cualquier fantasía. Ningún hombre ha tenido ese efecto en mí", confesó la pintora francesa en una de sus últimas entrevistas.
La propia Micheline relató cómo fue su primer encuentro carnal: "Él, leyendo el periódico sobre la cama, desnudo. De un salto me lancé sobre la cama y desabroché mi cinturón de cuero tratando de golpearlo con él mientras le bailaba sensual. Él me agarró y me besó pasionalmente. Casi salvajemente. Animalmente". Tras esos cuatro días de amor ininterrumpido, tuvieron que poner rumbo a sus respectivos hogares con sus parejas. Era el año 1972 y durante dos años no supieron nada el uno del otro. Pero 24 meses después Connery envió una sugerente invitación a Micheline en la que le pedía que se reunieran en Marbella. Al principio, la joven se mostró reacia, pero finalmente no dudó en asistir.
Nada más verse en la lujosa costa malagueña, él la miró y le dijo: "Te he echado de menos y no puedo parar de pensar en ti. No puedo olvidarte". Esas palabras sirvieron para poner el inicio a su larga historia de amor.
Connery se enamoró perdidamente de Micheline y rompió su relación con su esposa Diane. Esto provocó un gran escándalo, con una denuncia mediática por violencia de género incluída. Tanto dolor sintió su exesposa que libró una interminable batalla contra él dentro y fuera de los juzgados durante casi cuatro décadas.
Su primer y escandaloso matrimonio
Sean Connery se casó en dos ocasiones. En 1962, dio el 'Sí, quiero' a la actriz Diane Cilento, hija de un médico que también pertenecía a la nobleza. Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo, Jason.
Su amor duró 11 años pero siempre estuvo cargado de polémicas y discusiones públicas. Ella no confía en su marido, siempre creía que le estaba siendo infiel. Y por su parte, Sean vivía centrado en la fama, esa fama que aborrecía y que le llegó a provocar varios disgustos porque sus fans se colaban en su casa e incluso le robaban.
Las discusiones del matrimonio se escuchaban desde fuera de casa. Eran peleas diarias.
La historia de amor de Diane y Sean no es muy diferente al de Connery con su viuda. Y es que comenzó su relación con Cilento cuando ella estaba casada con el escritor italiano Andrew Volpe y, además, estaba embarazada de su primera hija, Giovanna.
El escándalo fue absoluto, y nada más separarse de Volpe, Diane y Sean se casaron en una boda muy peculiar. Fue rápida, prácticamente a escondidas y con la novia embarazada de Jason, su hijo en común. Ni siquiera durante su boda dejaron de discutir. Se llevó a cabo en la recepción de un hotel en estado de deterioro y dos taxistas de Gibraltar fueron los testigos. Esa relación estaba condenada al fracaso desde el inicio.
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