Casi una semana después de su fallecimiento, Raffaella Carrà sigue siendo noticia. No solo por su legado artístico, sino también por su calidad humana. Ahora se ha desvelado que la artista tuvo un bonito gesto caritativo antes de morir, al donar un inmueble en la localidad toscana de Porto Santo Stefano, que usaba como gimnasio, a una asociación de voluntariados.
Es una casa de 160 metros cuadrados "de gran valor" que la diva donó "hace pocas semanas" a la Confraternidad de Misericordia de Porto Santo Stefano, en la península del Argentario, su segunda casa y donde reposarán sus cenizas, han informado los medios italianos. Carrà quería que este lugar, en el que se entrenaba, fuera destinado a las obras benéficas de la organización, que se ocupa de la asistencia social y médica y del cuidado de personas con discapacidad.
Su responsable, Roberto Cerulli, confirmó en las redes sociales la donación de la cantante y publicó una imagen de ella el día de la firma ante un notario en Roma. Entonces, Carrà lucía una gabardina y el rostro completamente cubierto con una mascarilla y unas oscuras gafas de sol.
"Se caracterizaba por su hospitalidad, disponibilidad y dulzura. En esa reunión, sin embargo, tuve un extraño presentimiento. A pesar de su dinamismo habitual, se quedó con sus gafas oscuras y la mascarilla bien ajustada. Parecía que quería esconder algo... Y tal vez, a la luz de esta tragedia, creo que quería guardarse su feo secreto para sí misma y no enséñaselo a cualquiera", comentó el representante de la organización. "Nos despedimos, con una foto de recuerdo que casi no quiso tomar. Y a mi pregunta: 'Señora, ¿puedo hacer una pequeña declaración para hacer pública esta donación?' Respondió: 'No, Roberto, este no es el momento...' Y con su actitud evasiva me hizo entender que tendríamos que esperar un rato para decirlo", añadió el responsable de Confraternidad de Misericordia de Porto Santo Stefano, quien habló con la artista por última vez el 18 de junio, día de su cumpleaños.
En su emotivo comunicado, Cerulli también recordó las otras ocasiones en las que la artista había realizado obras de caridad, como cuando tras el naufragio del crucero Costa Concordia en 2012, ante las costas del Argentario, ayudó al familiar de un desaparecido en el desastre. De igual forma en el terremoto de L'Aquila de 2009, que se saldó con 294 muertos. En ese momento la Carrà donó a la Confraternidad material escolar para los niños que se habían quedado sin escuelas.
El año pasado, con el estallido de la pandemia y la consecuente crisis sanitaria, la artista se enteró de que la Confraternidad recaudaba fondos para comprar un respirador para el hospital de Grosseto y ella se hizo cargo de la suma, más de 18.000 euros. Gracias a su gesto, explica Carulli, la recogida de fondos hizo posible la compra de dos respiradores.
Su último gesto solidario se llevó a cabo pocos días antes de su fallecimiento el 5 de julio, a los 78 años de edad. La diva italiana perdió la vida por una enfermedad que "atacaba su cuerpo". Así lo dio a conocer el coreógrafo Sergio Japino, uno de sus grandes amores y con quien seguía manteniendo una bonita amistad.
"Raffaella nos ha dejado. Se fue a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre", ha expresó entonces el coreógrafo a través de un comunicado, uniéndose al dolor de los familiares de la diva italiana. Poco después se desveló que aquella dolencia a la que hacía alusión el coreógrafo había sido un cáncer de pulmón.
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