Pocos meses después de decretarse la pandemia mundial por la Covid-19, Reese Witherspoon (45 años) y su marido, Jim Toth (51), decidían ampliar su cartera inmobiliaria y adquirían una impresionante mansión situada en una de las zonas más exclusivas de Los Ángeles, Brentwood. Una vivienda por la que pagaron 16 millones de dólares y que destaca, entre otras muchas cosas, por la gran intimidad que proporciona al estar situada al final de un camino privado.
Menos de dos años después y tras una reforma con la que han actualizado y modernizado el interior, la pareja ha decidido deshacerse de ella y ha colgado el cartel de 'se vende'. Eso sí, con un incremento en el precio de 9 millones, es decir, por 25 millones de dólares.
Construida el año 1993, la mansión cuenta con una superficie de más de 10.000 metros cuadrados entre los que se alza la vivienda, de estilo rural inglés y con casi 1.000 metros cuadrados de superficie distribuidos en dos plantas. Pese a su aspecto clásico exterior, Reese Witherspoon ha reacondicionado totalmente el interior, cambiando los clásicos pisos de madera por losas de mármol bicolor y cálidos suelos de roble blanco que otorgan más claridad.
Además de las zonas comunes, en el interior se encuentran siete dormitorios y diez cuartos de baño -siete de los cuales pertenecen a las habitaciones-. El tamaño y distribución de estas estancias es un misterio, pues de momento la inmobiliaria ha optado por no compartir imágenes de las mismas. Lo que sí han desvelado es la distribución de la casa. En el piso superior hay cuatro habitaciones dobles, además de la principal, que destaca por tener unos amplios armarios dobles de estilo boutique. En la planta baja están los otros dos dormitorios, uno está concebido para los invitados y el otro para el personal, que además cuenta con una entrada de servicio separada.
El resto de la vivienda se distribuye en un amplio hall, cocina con electrodomésticos de primera gama, una biblioteca y un gran salón que cuenta con mucha luz gracias a sus grandes ventanales, situados a ambos lados de la estancia.
La parte exterior destaca por sus amplios jardines, densamente arbolados. Pero no todo es naturaleza, pues la mansión tiene una parte dedicada al ocio en la que hay una gran piscina, zona de spa, bar al aire libre y zona de barbacoa.
Aunque la ubicación de la casa, situada al final de un largo camino, proporciona bastante intimidad, cuenta también con un sistema de seguridad de última generación. Además, está al día en domótica y toda la propiedad puede ser controlada por un sistema inteligente de alta tecnología.
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