Este lunes, 4 de julio, Estados Unidos celebró su fecha más importante, el Día de la Independencia. Una festividad especial que, como cada año, reunió a la familia presidencial en la Casa Blanca. Mientras el presidente Joe Biden (79 años) pronunciaba su tradicional discurso, su mujer, Jill (71), permanecía a su lado, atenta a cada una de sus palabras y luciendo el vestido de Oscar de la Renta con el que cerró su visita en Madrid.
Apenas cinco días después de su último encuentro con Letizia (49) en La Granja de San Ildefonso, Jill Biden repitió el modelo blanco y de estampado floral que, el pasado 29 de junio la llevó a acaparar todas las miradas de los expertos de moda.
En aquella ocasión, que ponía fin a su intensa agenda por España, Jill Biden completó su estilismo como unas alpargatas rosas de Vidorreta obsequiadas por Begoña Gómez (47), unas gafas de sol oscuras y un llamativo bolso de mano que la obligó a pedir ayuda a su seguridad. Era la primera vez que la mujer del presidente estadounidense se mostraba con este tipo de accesorio tan particular como molesto.
Jill Biden optó por un clutch de rafia blanco con un colgante de estilo pompón en color rosa. Aunque era una pieza fácil de manejar, el hecho de no tener asa obligaba a la primera dama a llevarlo cargado en las manos.
Buscando la mayor comodidad posible, la estadounidense lo intercambiaba de brazo o lo llevaba bajo la axila para tener mayor desenvoltura al momento de hablar con Letizia. Pero cansada de tanto movimiento, finalmente, optó por entregarle el bolso a un agente de su equipo de seguridad. Poco después, en la siguiente actividad de la jornada, Jill Biden se mostró sin nada entre sus manos, al igual que sus homólogas y la reina Letizia.
Consciente de los inconvenientes que le supuso el complemento, firmado por la marca artesanal mexicana Squeeze De Citron y valorado en 74,71 euros, este 4 de julio, Jill Biden se deshizo del bolso. Aunque repitió vestido en las puertas de la Casa Blanca, cambió algunos detalles del estilismo.
Al tratarse de un acto de carácter más formal, a primera hora Jill eligió unos salones en color rojo, en vez de las alpargatas rosa made in Spain que llevó en La Granja de San Ildefonso. Mantuvo sus manos libres y dejó a un lado las gafas de sol oscuras.
Horas más tarde, sin embargo, Jill Biden optó por la comodidad y cambió sus salones rojos por las alpargatas negras de Castañer que también lució en Madrid. Durante su estancia en la capital española, la primera dama de Estados Unidos se mostró encantada con este diseño patrio. El tradicional calzado español no solo fue lo que compró en su tarde de shopping por la Milla de Oro, también fue uno de los regalos que recibió por parte de la esposa del presidente Pedro Sánchez (50).
'Looks' estratégicos
Desde que llegó a la Casa Blanca, Jill Biden ha demostrado su gusto por las firmas de origen latinoamericano en señal de inclusión. Estados Unidos cuenta con un número alto de inmigrantes y entre otras acciones, la primera dama les demuestra su apoyo a través de la elección de sus looks. Por ello, no resultó extraño su estilismo de Oscar de la Renta combinado con una firma mexicana artesanal.