Brad Pitt (58 años) lleva semanas protagonizando titulares en medio mundo por noticias nada positivas. Por un lado, continúa la batalla legal y mediática que mantiene con su exmujer, Angelina Jolie (47), y por otro, hace frente a problemas externos muy delicados. Sin embargo, el actor intenta que estos asuntos no le afecten y mientras deja las guerras judiciales y controvertidas en manos de sus abogados, él amplía su patrimonio comprando una singular casa.
El intérprete ha adquirido una llamativa vivienda centenaria en California, pero no en un enclave cualquiera. Pitt se ha decantado por Carmel Highlands, en la costa central del citado estado norteamericano, y en concreto, la propiedad inmobiliaria se ubica en lo alto de un acantilado.
El actor ha cerrado la compra del inmueble este verano, después de un tiempo de reflexión y de analizar los pros y los contras de su movimiento financiero. Finalmente, Brad Pitt ha firmado el contrato y ha desembolsado 40 millones de euros para hacerse con esta casa que esconde una gran e importante historia. Además, con esta decisión, y según revelan los agentes inmobiliarios del lugar, se trata de una de las operaciones más destacadas que se ha cerrado jamás en esta zona de Estados Unidos.
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Solo hay que echar un vistazo a la fachada de la casa para ver que su diseño nada tiene que ver con la arquitectura vanguardista y minimalista que reina en las mansiones que tienen los actores de Hollywood. Entonces, ¿qué es lo que le ha traído a Pitt de esta vivienda? Pues precisamente que esté en las antípodas de lo que todos los ricos de la meca del cine quieren, y también le atrajo la historia que hay detrás de la construcción.
La propiedad ha estado vacía durante muchísimos años, y fue creada aproximadamente en el año 1918. Dos años antes, el arquitecto Charles Sumner Greene -muy conocido en el siglo XX y propulsor del movimiento American Arts and Crafts- se mudó a Carmel-by-the-Sea, porque era el lugar en el que mayor inspiración encontraba y donde se sentía más libre gracias a la inmensidad que le proporcionaban las vistas desde lo alto del acantilado.
Tras un tiempo escapándose a la zona, Charles Greene conoció a un cliente, el empresario y escritor DL James, que era dueño de una parcela de tierra en una parte del acantilado en Carmel Highlands con vistas al agua. De esta manera, aceptó el reto de crear su casa y Charles realizó bocetos en acuarela dos días después de ver el sitio y pasó los siguientes cuatro años supervisando y diseñando personalmente cada detalle de la casa de granito.
El arquitecto construyó los muros exteriores idénticos a los del mirados de la zona para que parecieran crecer fuera de los acantilados. Y se atrevió a construirlo con una forma serpenteante que desafió las leyes de la lógica en levantamientos como los que se sitúan en esa área. No solo se quedó ahí, Greene cambió la estética de madera que reina en las casas de Pasadena por arenisca y granito extraídos localmente, lo que hizo que la vivienda llamara la atención a primera vista.
La casa, que tiene forma de pequeño castillo debido a sus finas torres y sus chimeneas, no es demasiado grande, en comparación con las mansiones californianas de los perfiles adinerados. Apenas tiene 300 metros cuadrados, pero su ubicación, sus vistas, su material de construcción y sus antecedentes históricos la convierten en una auténtica joya local.
Es un enclave perfecto para Brad Pitt en estos momentos en los que su nombre está ligado a las polémicas. Y es que hace solo unos días se hizo público lo que sucedió en el interior del jet privado en el 2016 junto a Angelina y sus hijos, cuando la familia se trasladó desde Niza hasta Estados Unidos y que fue el detonante de la ruptura del matrimonio. De hecho, se ha conocido que la denuncia anónima que pidió investigar lo ocurrido venía de parte de la actriz, y ella misma demanda ahora al FBI para que reabra el caso.
Además de esta guerra que mantiene con su exmujer, el actor se ha enterado recientemente de que deberá pagar 20,5 millones de dólares -20,4 millones de euros- a las familias de Nueva Orleans que se vieron afectadas por las casas en mal estado cuya construcción él mismo promovió tras el paso del huracán Katrina por la ciudad hace ya 17 años.