El pasado 1 de junio, el jurado del mediático juicio que enfrentó a Johnny Depp (59 años) y Amber Heard (36) durante seis semanas en la corte de Fairfax, en Virginia, emitió su veredicto. Concluyó que ambos habían difamado al otro, pero la sentencia más dura fue para la actriz, que fue condenada a pagar 15 millones de dólares al actor; mientras él solo debía hacer frente a una indemnización de 2 millones. Este primer día de junio fue uno de los más duros para la intérprete de Aquaman que se pronunció entonces en sus redes lamentando que "la montaña de pruebas" contra Depp no sirvieran para nada y se dieran "pasos atrás" en la protección de las mujeres. Este manifiesto sigue siendo aún el último post que aparece en el Instagram de Amber, pues desde aquel día no ha vuelto a aparecer públicamente.
Heard se refugia en la actualidad muy lejos de Estados Unidos, en una pequeña localidad de alrededor de 1.000 habitantes donde pasa desapercibida y no es perseguida por las nubes de fotógrafos. La actriz está viviendo en Costitx, un pueblo interior de las islas Baleares. Así lo ha desvelado Dario de Mallorca, medio que aporta unas imágenes de Amber caminando por el humilde destino y dejándose ver con su hija, Oonagh (1), en un parque infantil.
La actriz disfruta del anonimato en las calles baleares, porque además, ni siquiera utiliza su auténtico nombre, conocido ya mundialmente -pues su polémico encuentro judicial con su exmarido, Johnny Depp, no hay medio internacional que no lo haya recogido-, por lo que emplea una identidad falsa. Se hace llamar Martha Jane Canary.
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Lo más curioso del nombre que ha escogido, es que no es inventado, pues pertenece a una famosa exploradora estadounidense y defensora fronteriza, que hace dos siglos fue considerada toda una heroína de hace dos siglos por su luchadora contra los indios aborígenes americanos. Esta elección de identidad podría ser una cuestión muy meditada por parte de Amber y una clara indirecta a su ya ex, Johnny, quien siempre ha presumido de que su familia proviene originariamente de tribus de nativos americanos, precisamente a quienes frenó la exploradora Canary.
Con este nuevo nombre y con la paz que se respira en este punto de la isla mallorquina, la actriz ha recuperado su ansiada calma, y lejos de sentirse sola está acompañada por quienes más quiere. A su lado permanecen su pequeña Oonagh Paige, que vino al mundo el 8 de abril de 2021 mediante gestación subrogada, y su novia, Bianca Butti, una prestigiosa directora de fotografía con la que comenzó una relación sentimental hace más de dos años.
Costitx es un lugar ya conocido para Heard, pues el pasado invierno ya se dejó ver por sus calles. Amber vive instalada en una casa propiedad de la familia de la expolítica Maria Antònia Munar, una famosa figura pública que fue durante 28 años alcaldesa del pueblo en el que ahora hace su día a día la actriz hollywoodiense y que ascendió hasta el máximo poder balear.
Estuvo casi tres décadas en el ayuntamiento de Costitx, también fue Consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de las islas Baleares hasta 1995, después fue durante 12 años presidenta del Consejo Insular de Mallorca y finalmente logró el escalón final al convertirse en presidenta del Parlamento de las islas Baleares, hasta 2010.
Sin embargo, su historia es mucho más conocida por todas las sombras que posee. Su mandato como líder del Consell estuvo plagado de irregularidades y de acciones corruptas, ya probadas ante el tribunal. Su partido, Unió Mallorquina, llevaba a cabo de todo tipo de tejemanejes para lucrarse y conseguir una posición cada vez más relevante. Ofrecían 80 euros por voto, contrataban a empresas de amigos a las que regaban con fondos del Consejo, se repartían beneficios entre los miembros, y firmaban dudosos contratos para la realización de eventos y certámenes que sirvieran para ampliar su poder.
En lo alto de la trama, controlando cada paso y cada gestión realizada estaba Munar, apodada 'Sa Princesa' por su poder en las islas. Ella era la mayor beneficiaria de esta corrupción, hasta el punto de que no disimulaba y vestía prendas de gran lujo, despilfarraba en fiestas y se dejaba ver de compras por las boutiques más caras de Palma de Mallorca.
Su entramado cayó en febrero de 2010, cuando se vio obligada a dimitir después de que su sucesor Miquel Nadal la acusara de irregularidades en la compra de la productora Video U, pues aseguró que le entregó en mano 300.000 euros en efectivo, en una "reunión" que se produjo en el interior del coche oficial de la entonces todopoderosa Munar.
La entonces presidenta del Parlamento de las islas Baleares pasó de enriquecerse y codearse con las altas esferas, entre las que se encontraba la propia Familia Real española por su vinculación con Mallorca, a vivir una caída imparable por las acusaciones de corrupción. Sin embargo, lejos de mostrar su cara más humilde, la expolítica protagonizó sonadas anécdotas en varias de sus llegadas a la Audiencia para declarar ante el juez. Lanzaba besos a sus seguidores agolpados a las puertas del centro y se mostraba encantada de recibir el apoyo de los suyos, "de aquí a Hollywood", llegó a expresar en una de estas citas judiciales.
Parece que la presencia de Amber Heard en una de las viviendas de un familiar es lo más cerca que va a estar Munar de la meca del cine. Tras ser condenada a 14 años de prisión, ingresó en la cárcel de Palma el 24 de julio de 2013, y tras pasar siete años en la sombra, en 2020 obtuvo el tercer grado después de abonar casi un millón de euros.