Si usted vive en el planeta Tierra, no hay ninguna duda de que no ha podido escapar de las pegadizas garras de una de las canciones del año. El pasado mayo se estrenó La Bachata, compuesta e interpretada por Manuel Turizo (22 años), y desde entonces, el tema sólo le ha reportado alegrías.

En Spotify, el single ya supera la barrera de los 330 millones de reproducciones, su vídeo acumula 179 millones de views en YouTube y, como guinda del pastel, un fragmento de la melodía fue tocada a piano por Chris Martin (45) en un concierto con su banda, Coldplay, en Bogotá, hace tres semanas.

Allí, Manuel Turizo apareció por sorpresa para el público de su país y les brindó una versión especial de su canción estrella. Ahora EL ESPAÑOL se cita con el artista colombiano y con él conversa sobre música, amor, moda y la importancia de tener una buena salud mental.

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Está en España por su gran éxito con La bachata. ¿Qué se siente cuando uno ve que una canción suya conecta tan fuerte con tanta gente en el mundo? 

Una bendición. Cada vez que uno saca una canción cree que va a ser así, pero no. Como dice Juan Diego, quien me acompaña desde el principio de mi carrera: "Esto es como navegar la ola. Tú tienes que estar tranquilo y cuando llegue la tuya, saber cogerla". Yo he tenido varias olas en mi carrera, pero también hay varias que no cogí. Tú no te guías por las tendencias, sino que buscas tu identidad musical. De eso se trata. Cuando llega otra canción y la gente lo coge y lo vuelve un superhit, eso es un sentimiento que te hincha el corazón. Para eso trabajamos, para dejarle cosas bonitas a la gente. 

Esta pregunta es un clásico, pero ¿cómo es su relación con los fans españoles y cómo se siente en España?

Increíble, brother, sinceramente. La primera vez que vine fue en 2018. Primero que yo nunca me imaginé que vendría a España. Yo soy de Colombia, de una ciudad relativamente pequeña, que se llama Montería. Mis sueños no llegaban hasta venir acá o hacer giras o entrevistas. Desde que llegué sentí el cariño de la gente. Eso te enorgullece por el trabajo que hemos hecho. En cuestión de dos meses hemos venido cuatro veces.

La primera frase de La bachata dice: "Te bloqueé de Insta, pero por otra cuenta veo tus historias...". ¿Tiene Manuel Turizo un finsta -Fake Instagram, una cuenta falsa para ver a otra gente sin dejar rastro-?

(Risas) ¡No! Yo tengo el mismo Instagram y entro con el mío, me da igual. Y si no, le digo a algún pana, a alguno del equipo: "Déjame mirar un momentito". Pero no, no... Yo sigo a un montón de gente. ¡Mira, 1.364 personas! 

Pero a usted le siguen 12,6 millones.

Bueno, bueno...

Al principio del vídeo de La bachata aparece un niño. ¿Es usted?

Este álbum se llama 2000, que es el año en el que yo nací. Yo quería mostrar un poco de la influencia de Manuel Turizo desde que era pequeño: cómo era, qué sentía ese niño... Coger toda la inspiración de todo lo que me gustó. Nunca he hecho un sólo género, me gusta probar cosas diferentes en la música. Todo está enlazado. La próxima canción que vamos a estrenar empieza conmigo cantando siendo chiquito. Yo tenía un año, y mi mamá me dice: "Manu, canta", y yo empiezo a cantar. (Comieza la canción): "Azul, blue, rojo, red...".

Es una canción infantil, ¿no?

Justo.

¿A quién admiraba de pequeño ese niño en la música y en la vida?

A muchos artistas: Juan Luis Guerra, Wisin & Yandel, Tego Calderón, Alejandro Sanz, Sin Bandera, Aventura, Don Omar...

¿Cuál es la última canción que ha escuchado antes de venir a esta entrevista?

Voy a sacar el Spotify. ¡Ah, mira! I'm good (Blue), de David Guetta & Bebe Rexha. 

¿Una colaboración soñada?

Hay muchas, brother, sinceramente. De cada género te podría decir diferentes artistas: Juan Luis Guerra, Alejandro Sanz, Bruno Mars, Coldplay...

¡Tenemos que hablar de Coldplay! ¿Cómo surgió esa gran oportunidad de aparecer en su concierto y cómo lo vivió? Cuéntenos alguna anécdota de todo aquello que no haya salido todavía a la luz.

Te cuento que yo estaba aquí, incluso en este mismo hotel. Yo estaba entrenando en el gimnasio, abajo, y me escribieron diciéndome: "Chris Martin está pidiendo tu número de teléfono, el vocalista de Coldplay". Y yo: "¡Mándaselo, hombre, no me estás diciendo que Chris Martin quiere mi número pa' joderme!". Y me llaman y me dicen que me invitan al concierto de Bogotá, que quieren que cante con ellos. Terminé aquí en Madrid y me volví para allá. Hicimos prueba de sonido, los conocí, hablamos... Él quería interpretar una canción conmigo. Fue increíble, me quedé en shock. Me bajé del escenario y pensé: "¿Acabo de estar en directo con Coldplay interpretando una canción mía?" Es de los momentos que a mí nunca se me van a olvidar. Son grandes personas, brother, eso es lo importante. Que son grandes artistas no es un secreto pa' nadie, su historia tampoco, pero me conmovió que fueran personas tan sencillas, sensibles a la realidad, transparentes, aterrizados en el piso. Es una parte que admiro mucho de las personas. Soy muy energético, y en este mundo en el que trabajamos nosotros te cruzas con gente bien extraña.

Lo he notado al saludarnos. Aprieta usted muy fuerte la mano, ¿es para sentir la energía?

Totalmente. Siento como que este mundo está muy contaminado o simplemente que son personas que vibran diferente a lo que uno es, pero con Coldplay... fueron muy amables conmigo, muy sensibles, como cualquier persona.

El lunes se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, ¿cómo gestiona todas estas emociones y el éxito en ese sentido? ¿Va a terapia? ¿Lo recomienda?

Mis mentores son mi familia. Anoche hablaba de eso con alguien de mi equipo. Me dijo: "Bro, tu papá es como si fuera un zen. Él tiene una energía de sensei así...". En mi casa somos muy tranquilos y centrados. Ellos me orientan. En ellos me apoyo en esos momentos de ansiedad. A todos nos sucede. Obviamente hay gente que tiene una ansiedad más fuerte que otra. La ansiedad es pensar mucho en el futuro o en el pasado y no estar conectado con lo que pasa en el momento. Piensas mucho en algo que ya pasó o que podría pasar. Eso genera mucho desasosiego. Eso hay que saberlo manejar. Es un arma que te puede atacar a ti mismo. Mi ansiedad, por ponerte un ejemplo, es ser cada día mejor en lo que yo hago. Pero si es demasiado fuerte eso no me va a permitir avanzar. En la pandemia tuve un momento en que sí me afectó, pensaba mucho en qué iba a pasar, qué podría pasar... Fue un año completo en que no saqué música, y a la velocidad que va la música en estos momentos, si estoy un año desaparecido del mapa es una cuestión seria. 

Por lo rápido que va todo: los singles, las redes...

Exacto. No estamos en la época en la que una canción dura dos o tres años o un álbum. Si estás seis meses sin dar algo, la gente ya está en otra cosa. Ese momento en que me desaparecí me cargó mucho de ansiedad porque esa desaparición no fue por decisión propia. Eso me enseñó que hay que disfrutar el momento. Yo no sé si yo saldré de aquí y me llevará un carro por delante, Dios no lo quiera. Todo pasa por algo, hermano.

Más allá de la música, ¿le apetecería probar en otro ámbito? 

Me encanta la moda, me encanta el arte en todas sus facetas. 

He visto en el vídeo de La bachata, y también en sus redes sociales, que le da mucha importancia a la moda. Y he observado también que hay bastante moda genderless, o sea, sin género determinado. Ahora mismo, por ejemplo, lleva unas perlas, que es un complemento históricamente femenino. ¿Es importante para usted lanzar ese mensaje de libertad a la hora de vestir, a pesar de que pudiera haber críticas?

¡Totalmente! El mensaje es que tú te sientas bien con lo que vistes y cómo te ves. Eso llena todo. De eso se trata, de demostrar tu personalidad. La vestimenta de alguien te habla de su personalidad y de qué tipo de energía tiene. Me gusta jugar con eso sin miedo, sinceramente. Con todo lo que me sienta cómodo, voy pa'lante. Si el de al lado dice "eso se ve asqueroso, eso se ve una mierda". ¡No me importa, no lo estás vistiendo tú!

Tras casi tres años de relación con Joselina Sorza, ¿tienen planes de pasar por el altar? ¿les apetece ser padres o es algo que aún no se plantean?

Todavía no. Claro que sí lo sueño. Sueño tener mi misma pareja toda la vida, sueño casarme con ella, tener cuatro hijos y una familia grande. 

¿Dónde instalarían su hogar? ¿Colombia? ¿Miami? ¿De repente, Madrid?

En ese aspecto no lo sé. Ahí lo dejo al destino, donde la vida me quiera poner. Yo siempre decía que nunca me iba a mudar de Colombia. Amo mi país. Y ahora llevo dos o tres años viviendo fuera. Si la vida me trae a vivir a España o a Japón, se lo dejo al destino. Me imagino una familia grande y llegando a unos premios y con toda la banda, con mi esposa, mis hijos. Me imagino eso, sinceramente.

¿Qué le gusta hacer en sus días libres?

Brother, como te decía ahorita, me gusta mucho el kitesurf. Nunca fui bueno en los deportes, pero hace tiempo empecé a hacer kitesurf. Me fui a la Guajira, en Colombia, un lugar donde viven los wayús, una cultura indígena allí. Solían ser pescadores y ahora mismo son kiters, de los mejores del mundo. Me hice muy amigo de ellos y me enseñaron a hacer kitesurf. Me conectó muchísimo. Me encantan los caballos, me escapo donde los tengo, los entreno, me gusta mucho la playa, estar con mis amigos, mi familia, tomando unos tragos... No soy mucho de ir al club o a la rumba, me gusta el relax. 

¿Qué espera de este viaje a España y cuáles son sus próximos destinos y planes?

De aquí voy a Miami, tenemos un concierto allá, con una radio, después tengo unos días libres y me voy a escapar a montar a caballo. Después, vuelta al ruedo. Aquí en España, en realidad, quiero seguir conectando con toda la gente que le ha dado cariño al proyecto en el que estamos trabajando. Luego, con mi tercer álbum, 2000, que saldrá en enero. Quería sacarlo en noviembre, pero al final será en enero. Estuve en verano aquí, ojalá pueda volver en noviembre y hacer gira aquí. Y para el próximo año, gira mundial.