Casi cinco años han tenido que pasar para que el nombre de Beyoncé (41 años) haya vuelto a copar titulares en los periódicos de todo el mundo. Las noticias no pueden ser más esperanzadoras para sus fans: la artista más influyente de la música regresa a los escenarios. Lo hará el próximo 5 de mayo, día en que arranca su Renaissance World Tour, en Estocolmo, Suecia.
El primero de los 41 conciertos que tiene agendados en Europa y Estados Unidos. No se ha olvidado la creadora de temas como Crazy in love o Who run the world? Girls! de uno de sus países favoritos: España. Eso sí, tan sólo hará una parada y será el 8 de junio en el Estadio Olímpico de Barcelona -Queen Bey no visita Madrid desde mayo de 2009, cuando presentó su I am... Tour-.
Antes de que la abeja reina vuelva a pisar con fuerza los escenarios, el pasado 21 de enero, hizo una especie de ensayo. Un concierto privado en Dubái con motivo de la inauguración de un hotel de superlujo, Atlantis The Royal. Según la información que maneja EL ESPAÑOL, un sinfín de poderosos magnates del petróleo y jeques intentaron asistir al show proponiendo pagar indecentes cantidades de dinero, pero la entrada no se les permitió.
[Beyoncé actuará en Barcelona el 8 de junio dentro de su gira internacional]
El acceso al espectáculo, de unos 60 minutos de duración, era tan sólo por invitación privada por parte de la dirección del exclusivo resort a clientes muy seleccionados, celebridades como Kendall Jenner (27) o Liam Payne (29) e influencers de rango internacional. Por una hora, Beyoncé se embolsó 24 millones de dólares. La cantante llegó a Emiratos Árabes Unidos 15 días antes de su gran actuación. Y para ello, para esa acción puntual, se nutrió de un talentosísimo grupo músicos y bailarines. Entre ellos, un español.
Tal y como ha podido descubrir este diario en exclusiva, Beyoncé impuso por contrato unas condiciones que son, cuando menos, peculiares. Por supuesto, quedaban prohibidos los teléfonos móviles en el momento de los ensayos, que solían llevarse a cabo con auriculares sincronizados para que no se filtrase el setlist. Ella, en cambio, sí que llevó su equipo de grabación, al igual que sucedió con el performance. Los invitados tenían prohibido filmar lo que estaba sucediendo, pero la compañía de producción de Queen Bey, Parkwood Entertainment, desplegó cámaras y drones para inmortalizar su histórico concierto.
La cláusula más llamativa del contrato de confidencialidad que tuvieron que firmar los músicos y bailarines para trabajar con Beyoncé tiene que ver con la contención de sus emociones. Para crear un clima de trabajo tranquilo y equilibrado, el equipo no podía mostrar demasiado fanatismo. Es absolutamente común -y natural y lógico- que los jóvenes seleccionados se sintieran impactados al ensayar, por primera vez, con la que es, para muchos, su artista favorita.
En cambio, debían hacer como si fuera una compañera más. Cuentan a este periódico personas involucradas que ha sido muy fácil trabajar con ella, que es cercana y profesional y que podías acercarte a comentarle cualquier cuestión en artística y ella respondía con la mejor de sus sonrisas.
Apoyo psicológico, prohibido el alcohol y las fiestas
Más allá de Dubái, las energías ya están centradas en el nuevo tour mundial. Beyoncé está preparando el que dicen será su mejor espectáculo hasta la fecha, con motivo del estreno de su álbum, Renaissance. Para que todo salga de manera óptima, el equipo que la acompañará deberá cumplir con las normas de la jefa.
"Bey sabe que las nuevas actuaciones requerirán coreografías muy intensas y precisas, así que todo el mundo tiene que estar sobrio. No habrá fiestas locas", desvela una fuente interna a The Sun. Ni fiestas, ni alcohol, ni, por supuesto, drogas. Además, para crear un ambiente de trabajo seguro para las mujeres, realizarán estrictos controles con los que se asegurará personalmente de que ninguna de ellas sufre una situación de acoso.
La gira puede ser mentalmente extenuante por lo que el equipo también tendrá acceso a apoyo psicológico durante los cuatro meses que, por el momento, dure la gira -se rumorea que puede ampliar a Asia, África y Latinoamérica a principios de 2024 aunque esta información no está contrastada-. "Beyoncé sabe que la gente es más feliz cuando se preocupan de su bienestar y quiere utilizar todo lo que ha aprendido para dar ejemplo", señalan las mismas fuentes.