"Yo nací en un lugar llamado Alcobendas donde éste no era un sueño muy realista", pronunció Penélope Cruz (48 años) en el escenario del Kodak Theater de Los Ángeles al abrazar su premio Oscar en 2009, enfundada en un increíble vestido vintage de Pierre Balmain y logrando ser la primera mujer española en alzarse con el galardón más importante de la industria cinematográfica.
14 años después de ese histórico momento, ese sueño poco realista al que aludía P puede volver a hacerse realidad aunque en otra mujer, en otra española con raíces cubanas. Cambiemos Alcobendas por La Habana y viajemos hasta el final de la década de los años 80.
A orillas de la playa de Bucaranao llegó al mundo Ana Celia de Armas Caso (34 años), la intérprete que este domingo, 12 de marzo, opta a la estatuilla dorada a Mejor Actriz por su papel en Blonde, la película que aborda una mirada al ascenso a la fama y a la épica desaparición de Marilyn Monroe, una de las estrellas más grandes de la historia.
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Hija menor de Ramón, maestro y director de banco y de Ana, responsable de recursos humanos del Ministerio de Educación en Cuba, la entonces pequeña Ana se crio en un ambiente difícil en su mágica isla. Las medicinas no siempre estaban a mano y tampoco los alimentos, y pese a ello, ha admitido en más de una ocasión haber tenido una infancia feliz junto a su hermano mayor, Javier de Armas, quien hoy es un afamado fotógrafo de profesión y vive en Nueva York.
Ana siempre sintió pasión por la música, el baile, la interpretación. A la edad de 18 años, tras conseguir la ciudadanía española a través de sus abuelos maternos -él, de Guardo, en la Montaña Palentina; y ella, de Valverde de Balboa, en la comarca de El Bierzo- se mudó a la capital, Madrid, donde comenzó su carrera como actriz.
El gran público patrio supo de su existencia por su papel en El internado. En la famosa serie de Antena 3, en la que compartió pantalla con Elena Furiase (35), con quien hoy mantiene una bonita amistad, o con Martiño Rivas (38), entre otros, Ana de Armas interpretó a Carolina. Entre tanto, y tras abandonar el proyecto para viajar a Estados Unidos y mejorar su inglés e intentar hacerse un hueco en el siempre complicado mundo del cine, en España hizo películas como Por un puñado de besos, donde se reencontró con Martiño, o la serie Hispania.
Blonde
Antes de arrasar en su rol de Paloma, una fuerte y poderosa agente de la CIA en No Time To Die -Sin tiempo para morir- y de ganarse el aplauso de crítica y público por su interpretación de Marta Cabrera en Knives out -Puñales por la espalda-, Ana de Armas ya había rodado la película de su vida.
Fue en 2019 cuando, tras superar un dificilísimo casting, la joven obtuvo el papel protagonista de Blonde, el filme de Andrew Dominik que la puede llevar a hacer historia. De hecho, ya ha marcado un hito, pues se trata de la primera mujer cubana que es nominada a un premio Oscar en la categoría de Actriz Protagonista.
Después de tres años en el cajón de Netflix, el gigante de streaming decidió estrenarla en septiembre. La primera vez que se vio proyectada fue en el Festival de Venecia, en el que, tras concluir el filme, Ana de Armas recibió una estruendosa ovación que duró nada menos que 14 minutos. Abrumada por el cariño, rompió a llorar.
Ana en el amor
Siendo apenas unos niños, Ana de Armas comenzó una relación con Marc Clotet (42), hijo del prestigioso médico Bonaventura Clotet (70). En el verano de 2011, en la Costa Brava, donde vive la conocidísima familia de él, contrajeron matrimonio casi en secreto. Apenas hay información o noticias de aquella discreta boda.
De hecho, fue mucho más mediática la confirmación de su separación, que se hizo efectiva minutos antes de la emisión de la gala de los Goya de 2013. Llamó la atención la presencia del actor apareciendo en solitario en la alfombra roja de los premios del cine español y sin reparos comunicó a los medios que su matrimonio con Ana se había roto "de mutuo acuerdo".
En marzo de 2020, la funesta fecha que muchos recordarán por el estallido de la pandemia de coronavirus que provocó el estado de alarma sanitaria en nuestro país, se conocía que Ana de Armas había empezado una historia de amor con Ben Affleck (50). La pareja tuvo su primera toma de contacto un año antes, cuando rodaron juntos Deep water.
En enero de 2021, casi un año después del inicio de su romance, la actriz decidió romper definitivamente con su razón de amor. Ella quería huir de Los Ángeles y él quería seguir viviendo en su ciudad, cerca de sus hijos. En una sincera entrevista con Elle, De Armas confesó que la atención de los medios durante el tiempo de su relación con Affleck fue algo "horrible".
"Se convirtió en un poquito demasiado. No hay salida". En relación con Los Ángeles, apuntó: "Es una ciudad con luces brillantes que te mantiene ansiosa todo el tiempo, siempre se tiene ese sentimiento de que hay algo que no tienes, de que te estás perdiendo algo".
Meses después de que Ana rompiera con Ben -y de que éste, por cierto, volviera con su exnovia, Jennifer Lopez (53), hasta pasar por el altar en un arrebato de amor-, ella conoció a su actual pareja, Paul Boukadakis (39). Tal y como informó en su momento la revista Elle, el amor brotó cuando un amigo en común los presentó. Ana logró abandonar la ciudad de sus disgustos y se mudó a Nueva York, donde reside hoy con su pareja en el mismo apartamento.
Lo más curioso es que aunque la versión oficial cuenta que Ana y Paul se conocieron a la antigua usanza, él es un alto cargo de la aplicación de citas Tinder. En concreto, vicepresidente de iniciativas especiales, un puesto al que llegó después de que la compañía adquiriese en 2017 la app Wheel, de la que él era fundador. Además, de empresario, parece que el consorte de la que podría ser la nueva reina de los Oscar también ha hecho sus pinitos en la interpretación. Según IMDb, ha participado como actor en varios cortometrajes, el último en 2012.
El mundo está a la espera de que hagan oficial su relación posando juntos en la alfombra champagne de este domingo momentos antes de que ella pueda, quién sabe, replicar a Penélope Cruz con parte de su discurso en español al recoger el Oscar que le podría cambiar la vida.