Michelle Obama (59 años) sigue promocionando su último libro, The light we carry, donde comparte lecciones de sabiduría práctica y poderosas estrategias para mantener la esperanza y el equilibrio en estos tiempos inciertos que vivimos. Para ello, la ex Primera Dama puso hace poco en marcha un podcast, Michelle Obama: The Light Podcast, producido por Audible, en el que entre otras cosas explica las razones por las que su marido Barack Obama (61) y ella aún siguen juntos tras treinta años de matrimonio.
En el último episodio del citado podcast, Michelle se sincera con la famosa comunicadora Oprah Winfrey (69) y le confiesa que su marido y ella tienen personalidades bastante diferentes. "Barack quiere hablar racionalmente, y yo soy como '¿racionalmente?'", apunta la estadounidense, que también reconoce que su carácter es bastante más "exaltado" que el del expresidente. "[Yo soy de:] No vengas a mí con sensatez, ¡estoy enfadada! No me vengas con tus tres viñetas. Será mejor que salgas de aquí y me dejes calmarme".
Las diferencias de personalidad entre ambos parecen extenderse también a la forma que cada uno tiene de expresarse. "Como su familia vivía lejos y viajaba mucho, él tuvo que aprender a amar a distancia", explica. "Eso significa que hay más palabras dichas, más amor intercambiado, más físico, ya sabes, más 'te quiero'. Yo crecí con todo el mundo (mis tías, tíos, tíos abuelos y primos) a menos de ocho manzanas de distancia. Estábamos juntos todos los fines de semana, dos veces cada fin de semana. Por eso era como 'Adiós'. No tengo que decirte que te quiero porque voy a verte el siguiente sábado". Por ese motivo, argumenta, el amor consiste para ella en "aparecer".
Michelle admitió durante la misma charla que, en su opinión, un matrimonio debe funcionar como un trabajo en elaboración: "Creo que muchos de nosotros tenemos que ser honestos sobre el trabajo que supone construir una vida con otra persona. A mí no me parece que sea tan controvertido". De hecho, hace unos meses explicó que, para ella, "el matrimonio no es un 50/50, nunca. Hay veces que yo doy un 70% mientras que él da el 30%. Hay veces que él da 60%, y yo el 40%".
Esta no es la primera ocasión en la que Michelle revela ciertos aspectos personales de su vida junto a Barack, al que conoció en 1989 en un bufete de Chicago donde ambos intentaban abrirse paso como abogados y con quien se casó en 1992. Sin ir más lejos, el pasado año contó en otra entrevista que "no soportaba" a su marido cuando sus hijas Malia (24) y Sasha Obama (21) eran más pequeñas y él luchaba por convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos.
"Durante diez años, mientras tratábamos de construir nuestras carreras y nos preocupábamos por la escuela y por quién hacía qué, yo pensaba 'Argh, esto no es justo'", señaló la de Chicago, que siempre ha reconocido el mérito de todas esas mujeres que sacrifican su carrera profesional a favor de la de sus parejas.
Asimismo, Michelle explica en su último libro que su marido y ella aprendieron que, "a pesar de soñar, preparar y planificar la vida familiar para que salga a la perfección", al final te toca lidiar con lo que sea que ocurra. "Tú puedes escribir tus estatutos familiares y declarar tu religión y tu filosofía en voz alta, pero, en algún momento, más pronto que tarde, es casi seguro que caerás de rodillas al darte cuenta de que, a pesar de tus mejores y más sinceros esfuerzos, solo tienes el control de forma marginal (y a veces, muy marginal)".