Joan Collins (90 años) pertenece a ese grupo de actrices que aman su profesión y que, si bien podrían permitirse una retirada profesional desde el punto de vista de su salud financiera, no piensan en hacerlo. El pasado año, la británica participó en la película Tomorrow morning, de Nick Winston, y al poco del estallido de la pandemia se embarcó en el rodaje de Resplandor y tinieblas, una superproducción internacional de José Luis Moreno (76), basada en la vida de San Francisco de Asís, que nunca ha llegado a estrenarse.
Por otro lado, hace apenas unos días, la británica donó algunas de las prendas más exclusivas de su fondo de armario a Shooting Star Children’s Hospices, que recientemente reabrió la tienda de caridad que tiene en el oeste de Londres. Después de hacerlo, Collins visitó el hospicio de esta organización benéfica dedicada a brindar cuidados vitales y apoyo a niños con enfermedades terminales y a sus familias, de la cual es vicepresidenta.
Si hay alguien que conoce a la perfección los entresijos de la industria del entretenimiento, esa es Collins. Como prueba de ello, la actriz publicó en 2021 un nuevo libro de no ficción, titulado Mis diarios sin reservas, donde entre otras cosas abordaba las dificultades que había experimentado para acceder a ofertas interesantes después de entrar en la edad madura. "Los estudios solo quieren veinteañeras que no han hecho nada. ¿Qué voy a hacer?, ¿me doy cabezazos contra una pared si la mayoría de los productores ya no se acuerdan de mí?", escribió en él la británica, que el pasado mes de abril recogió el premio Lifetime Achievement durante la gala de los Goldene Sonne Award 2023 celebrada en Alemania.
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En el documental La leyenda de Joan Collins, la actriz narró sin titubeos aquella ocasión en la que el productor Darryl F. Zanuck se puso a perseguirla sin descanso y, en un momento dado, la acorraló contra una pared mientras le decía que lo que ella necesitaba era "un hombre de verdad". Por suerte, el hecho de que un chico de maquillaje pasara en aquel preciso momento por allí le permitió escapar de su acosador. "Básicamente soy una superviviente", contó frente a las cámaras. "He sobrevivido a ser una chica joven en una industria en la que prácticamente todos los hombres son depredadores".
La británica empezó a aparecer en películas cuando aún era adolescente y, según ha dicho, nunca se lo pasó tan bien como en la década de los sesenta. "Tenía dos hijos pequeños y solo trabajaba cuando quería", señaló a The Guardian. "No tenía la presión de ser el sostén de mi familia, porque estaba casada con Tony [Anthony Newley, el segundo de sus cinco maridos y el padre de dos de sus tres hijos]. Vivíamos en Hollywood y teníamos un montón de grandes amigos [...] Fue una época divertida, sin estrés. Probablemente la única década que lo fue".
La actriz se convirtió en una estrella mundial y en un icono de glamour en los ochenta, tras dar vida a la malvada Alexis Colby en Dinastía, serie que le valió el Globo de Oro. Ya en ese momento no dudó en luchar por la igualdad salarial con sus compañeros masculinos. "Siempre he creído en la igualdad" contó a The Guardian. "Las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres y tienen derecho a hacerlo. El único ámbito en el que las mujeres no son iguales es en el de la fuerza física. Por eso dejo que alguien lleve mis maletas".
Desde hace dos décadas, Collins está felizmente casada con el productor de cine y teatro Percy Gibson (58), al que conoció en el año 2000, mientras trabajaba en una obra en San Francisco que él producía. "Besé a muchas ranas antes de encontrar a mi príncipe", escribió en su libro de memorias The World According to Joan. "Para aquellas mujeres que buscan un compañero de vida, ese viejo dicho de que los hombres son como los autobuses y que 'si esperas lo suficiente, llegará el adecuado' es cierto".
Es posible que la actriz sea el miembro más enérgico y espontáneo de su familia. Lo que no puede decirse es que haya sido la única celebridad del clan. Su hermana pequeña, la escritora Jackie Collins, vendió más de 500 millones de libros (muchos de los cuales recibieron fuertes críticas por su alto contenido erótico). La novelista falleció en 2015, a causa de un cáncer de mama, con un patrimonio neto de 180 millones de dólares (frente a los 20 millones en que se estima la fortuna de su hermana mayor).