En 2024 se cumplirán 30 años de la muerte de Jacqueline Kennedy. A pesar de que ya ha pasado más de un cuarto de siglo, su figura y legado sigue muy presente. Tanto las viviendas en las que residió con su familia como los lugares que frecuentó se han convertido en parte de la historia de Estados Unidos. Como es el caso de la mansión situada en Georgetown, en Washington.
La inmobiliaria Sotheby's International Realty puso en marzo a la venta la finca que fue el hogar de Jackie Kennedy y sus hijos tras el asesinato del expresidente John F. Kennedy en 1963. El precio de salida fue de 26,5 millones de dólares (casi 25 millones de euros), lo que la iba a convertir en la residencia más cara vendida hasta la fecha en Washington D. C.
Siete meses después, y ante la falta de compradores, la mansión va a salir a subasta. A pesar de que la inmobiliaria fijó un precio para su venta en marzo, la última actualización señala que éste se ha reducido en seis millones, quedando en 19,5 millones de dólares. Ni siquiera con esa rebaja han vendido la propiedad por la que ahora todo el que quiera podrá pujar.
Las ofertas comenzaron este martes 10 de octubre, pero para poder participar cada postor debe pagar un depósito inicial de 100.000 dólares. Además, solo se aceptarán pujas por encima de los cinco millones de dólares. La fecha límite para pujar será el 24 de octubre, cuando se conozca quién será el nuevo propietario.
A pesar de formar parte de la historia de Estados Unidos, que incluso ha sido reconocida en el Registro Nacional de Lugares Históricos, la casa ha cambiado significativamente desde que Jackie residió en ella junto a su familia en uno de los momentos más complicados de su vida.
La propiedad está compuesta por tres casas diferentes que, con el tiempo, se unieron para conformar una sola. En total, tiene más 1.500 metros cuadrados dedicados a la vivienda y cuenta con 13 dormitorios y aún conserva detalles originales de la época, como chimeneas y techos de oro.
Está distribuida en varias alturas y cuenta con estancias diferentes. Cerca de la majestuosa entrada, presidida por un cuadro de Jackie, se encuentra una sala de estar, con paredes de madera, que hace las veces de biblioteca. El segundo piso está dedicado únicamente al dormitorio principal, además de un gran vestidor y un baño tipo spa. Tiene también su propia terraza, que cuenta con grandes vistas.
En el piso superior se encuentran cuatro dormitorios más, cada uno con su propio cuarto de baño. Además, la casa dispone de cinco cocinas, un gimnasio, jardín, terraza en la azotea, ascensores y su propio garaje.
A pesar de su lujo, Jackie y sus hijos no vivieron en ella durante mucho tiempo. Fue su refugio durante los meses posteriores al asesinato de Kennedy, lo que convirtió esta propiedad en un atractivo turístico, centro de miradas de los vecinos y punto de encuentro de los periodistas. Dada la exposición a la que estaban sometidos, decidieron mudarse a Nueva York en busca de tranquilidad.
Otras ventas
Este mismo verano, el diseñador Tom Ford (62 años) se hizo con la mansión en la que Jackie pasó su infancia, situada en East Hampton, Nueva York. La propiedad se vendió por 48 millones de euros.
En 2019, Carolina Kennedy (65) decidió poner a la venta la casa que su madre había comprado en la exclusiva isla de Martha's Vineyard, frente a la costa de Massachusetts. Su precio se estimó en más de 65 millones de dólares. A pesar de que fue uno de los lugares favoritos de Jackie, éste no ha estado exento de desgracias. En 1999, John-John Kennedy -hijo del matrimonio- perdía la vida en un accidente de avioneta frente a las costas.