Adriana Lima (42 años) conquistó el escenario internacional como una de las supermodelos más reconocidas y respetadas de la industria hace ya casi 30 años, consiguiendo modelar para una de las marcas más influyentes del mundo: Victoria's Secret. Fue en 1999 cuando Lima se convirtió en un ángel de la firma, siendo uno de los rostros más famosos del sector. Pero no se limitó a esta marca. Su presencia en las pasarelas de diseñadores como Giorgio Armani, Vera Wang y Versace, la consolidó como una figura esencial en el modelaje. En 2018, la brasileña anunció su retirada de las pasarelas.
Desde entonces, la que fue considerada como "la modelo más sexy del planeta" según models.com, y la que fue la cuarta mejor pagada según la revista Forbes, dejó el mundo de la belleza y comenzó a experimentar un evidente cambio físico. Cabe recordar que tiene tres hijos, Valentina y Sienna, fruto de su anterior matrimonio con el jugador de baloncesto Marko Jaric (45); y Cyan (1), junto al productor de cine Andre Lemmers (42).
Ahora, ha vuelto a copar titulares de la prensa nacional e internacional por una polémica relacionada con su nueva apariencia. La exmodelo acudió al estreno de la película Los Juegos del Hambre: la balada de pájaros cantores y serpientes, el pasado 13 de noviembre, en un evento que tuvo lugar en Los Ángeles. Allí, se convirtió en el centro de atención.
Lucía un vestido corto negro, de manga larga, con detalles rojos, y unos tacones a juego, sin embargo, el foco no fue su look ni su cuerpo, sino su rostro, el cual ha experimentado grandes cambios durante los últimos años, pero ahora, más que nunca. En tan sólo un mes, su cara se ha transformado por completo. Incluso ha tenido que responder en las redes sociales, publicando un selfie sin maquillaje, y afirmando: "El rostro de una madre cansada de dos preadolescentes, un niño de un año que aprende a caminar y tres perros. Gracias por su preocupación", sentenciaba.
No obstante, sigue cabiendo preguntarse cuáles han sido los retoques estéticos a los que se ha sometido. Así, EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Lola Sopeña, experta profesional en cirugía estética y plástica y dueña de las Clínicas Sopeña.
"Desde el equipo Médico estético de clínicas Lola Sopeña, y analizando las fotos de antes y después de Adriana Lima, llegamos a la conclusión de que se ha realizado lo que llamamos una armonización facial".
La armonización facial es un conjunto de procedimientos estéticos diseñados para mejorar la proporción y la estética facial, buscando un equilibrio y una apariencia más armoniosa. Este enfoque implica el uso de diferentes técnicas y tratamientos para realzar las características faciales, teniendo en cuenta la estructura ósea, los tejidos blandos y otros aspectos que contribuyen a la apariencia facial general.
Además, se centra en la personalización de los tratamientos para cada individuo, considerando sus características faciales únicas y respetando la naturalidad. Este tratamiento estético trata de armonizar, "reposicionar", apunta Sopeña, los volúmenes del rostro para hacerlo más atractivo. "Si tenemos una cara muy estrecha que la hace poco atractiva", habría que "ensancharla", si tenemos una barbilla muy hundida", habría que "proyectarla", y "si tenemos una mandíbula muy poco marcada, habría que "marcarla".
¿Cómo se realiza esta intervención? Con "productos de infiltración" como el "ácido hialurónico y la hidroxiapatita cálcica, entre otros". Estos consiguen un efecto voluminizador en la piel y proporciona un efecto corrector en el rostro.
Sopeña apunta que su precio oscila entre los 1.000 y los 3.000 euros, "dependiendo de la cantidad de producto que sea necesario". En el caso de Lima, "no habrá sido menos de 2.000 euros", aclara. "Podemos ver claramente que los volúmenes de su rostro han cambiado, drásticamente. Y decimos drásticamente porque, desde nuestro punto de vista estético, no es satisfactorio, ya que son muy exagerados", defiende la experta a este periódico.
Esto puede ocurrir por dos motivos, "o porque la cantidad de producto utilizada haya sido excesiva, o porque el tratamiento esté muy reciente y la paciente todavía muestre inflamación", continúa. Si se trata del segundo caso, no habría motivo de preocupación, ya que en unos días la inflamación desaparecerá", tranquiliza Sopeña.
Sin embargo, desde Clínicas Sopeña advierten, y es que "las medidas perfectas, los volúmenes perfectos, no significan obligatoriamente un rostro más atractivo", sino que incluso pueden acercarnos a "rostros de muñeco, algo que nos alejan de la naturalidad, y por tanto, de la belleza", de ahí que sea "determinante" el "concepto estético del médico que lo realiza", sentencia.