Shannen Doherty, la vida de una actriz marcada por tres complicados divorcios y tratamientos para ser madre

Shannen Doherty, actriz protagonista de Embrujadas y Sensación de vivir, ha muerto a los 53 años, según ha confirmado su representante. "Con gran pesar confirmo el fallecimiento de la actriz Shannen Doherty. El sábado 13 de julio perdió la batalla contra el cáncer después de muchos años de luchar contra la enfermedad", comunicaba la manager de la actriz que dio vida a Prue Halliwell en la mítica e icónica serie Embrujadas.

Fue en marzo de 2015, cuando a la actriz le detectaron un cáncer de mama que se diseminó, llegando a sus ganglios linfáticos. Un año después, Shannen compartió públicamente que recibía un tratamiento antiestrógeno para reducir el tumor, poder realizar una tumorectomía y evitar someterse a una mastectomía. Incluso así, en mayo de 2016 le tuvieron que extirpar el pecho tras encontrarle múltiples tumores.

Hace poco más de un año, Shannen utilizaba sus redes sociales para contar que el cáncer que padecía se había extendido, llegando a la fase metástasis. Hoy, tristemente, el mundo ha recibido la triste noticia del fallecimiento de la actriz tras una intensa lucha de la enfermedad. 

Shannen Doherty en la presentación de su libro. Gtres

Durante estos últimos años la vida no ha sido nada fácil para Shannen Doherty. La actriz no solo ha tenido que lidiar con una terrible enfermedad como es el cáncer, sino que también ha vivido momentos de lo más desagradables en su vida personal. En plena primavera de 2023, la que fuera protagonista de la serie Embrujadas anunciaba que ponía fin a los más de 11 años de matrimonio con Kurt Iswarienko (49 años). 

La noticia sorprendía a propios y extraños, ya que años atrás la intérprete confesaba que su esposo se había convertido en su principal apoyo en su lucha contra el cáncer. Incluso, llegó a confesar en People que la enfermedad "los consolidó" como pareja. 

Sin embargo, la buena relación entre ellos quedó en un lejano recuerdo. Unas semanas atrás, Shannen llegó a solicitar al fotógrafo una manutención conyugal de 15.434 dólares al mes, además de contribuir en honorarios y costes de su abogado. Además, ante los silencios de Iswarienko, la actriz llegó a señalar a varios medios que su expareja "estaría retrasando el proceso de separación hasta que falleciera".

Shannen Doherty y Kurt Iswarienko en un evento en 2016. Gtres

Este no era el primer divorcio de Shannen. De hecho, tampoco el segundo. La actriz de Sensación de Vivir se casó con Ashley Hamilton (49) en 1993, pero se separaron solo un año después, en gran parte debido a la batalla de Hamilton contra las adicciones. Es más, en alguna otra ocasión ha llegado a afirmar que ese año fue espantoso en su vida al no poder abandonar al actor por su continuo consumo de sustancias. 

A pesar de esta primera mala experiencia como casada, Shannen Doherty volvía a creer en el amor y contraía matrimonio en el año 2002 con el jugador de póker profesional Rick Salomon (56). Aunque su unión apenas duró nueve meses porque acabó siendo anulado. 

Para este último la actriz siempre ha tenido unas preciosas palabras y recuerdos de su relación. De hecho, hace tan solo unos meses, Shannen y Rick volvían a mostrarse juntos. Lo hacían a través del pódcast que tenía la actriz en sus redes sociales y aprovecharon la ocasión para hablar sobre amor y familia. Además, ambos se mostraron muy cercanos y, entre risas, aseguraban mantener un buen recuerdo de su breve relación. 

Shannen en una imagen de archivo.

Pese a haber estado casada en hasta tres ocasiones, Shannen Doherty no ha llegado a tener descendientes. Aunque, bien es sabido que la actriz tenía unas inmesas ganas de ser madre. De hecho, a principios de año la actriz utilizaba sus redes sociales como medio para confesar que estaba sometiéndose a unos tratamientos para poder tener un hijo. 

Su deseo por ser madre ha sido siempre tan fuerte que, cuando recayó en la enfermedad en el año 2017, la actriz rechazó tomar un medicamento para frenar el cáncer que padecía y que podría suponer un grave impedimento para poder quedarse embarazada en algún momento.