Este pasado 10 de agosto de 2024 se han cumplido 10 años, una década, desde que se quitó la vida uno de los actores más queridos, respetados y laureados de la industria del cine, Robin Williams. Su muerte conmocionó a Hollywood, muy en especial cuando se supo que su muerte se debió a un suicidio.

En primer lugar, se achacó a una depresión, pero después se conoció que ésta era sólo un síntoma de la demencia que padecía, lo que hizo abrir los ojos al mundo del cine sobre los problemas de salud mental. Ese fatídico 10 de agosto, Robin decidió colocarse una soga al cuello y ahorcarse en su casa de Tiburón, en California.

El intérprete, célebre por su trabajo en cintas tan recordadas como Jumanji o El club de los poetas muertos, se encontraba luchando contra una enfermedad degenerativa, llamada Demencia con cuerpos de Lewy, que incrementó la ansiedad y la paranoia que nunca antes habían estado presentes en la vida del actor.

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Robin junto a su única hija, Zelda, en una fotografía de archivo. Europa Press

"Realmente me asombra que Robin pudiera andar o moverse", afirmó el profesor de neurología Bruce Miller durante el documental que se grabó tras su fallecimiento sobre los años finales del actor. Williams dejó tras de sí a una mujer y a tres hijos, quienes hoy, desde la absoluta de las discreciones, siguen llorándole y recordándole

Al año de su muerte, la viuda de Robin, Susan Schneider, compartió su diagnóstico en una entrevista en Good Morning America. Más tarde, ahondó,  en el documental Robin's Wish, en la lucha que libró Williams en el último tramo de su vida.

"Unos meses antes de fallecer, le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson", aseguró Schneider Williams, artista y activista de la concienciación e investigación de LBD, en la conferencia Life Itself, un evento de salud y bienestar presentado en asociación con CNN. "Pero eso fue sólo la punta del iceberg", añadió Susan. 

En otro orden de cosas, Susan y los hijos de Robin mantuvieron una agria disputa a causa de la herencia. Ante la falta de entendimiento, las dos partes, incluso, llegaron a los tribunales. Susan acusaba a los vástagos de Robin de haberse llevado de su casa objetos de su padre sin permiso.

¿A qué se dedican y cómo están los hijos del actor hoy en día? En el caso de su única hija, Zelda Williams, la más conocida de los tres hijos del actor, se dedica al mundo del séptimo arte y es directora cinematográfica. Recientemente, ha dirigido Lisa Frankestein, una cinta de comedia de terror que se ha estrenado este 2024.

Zelda no lo pasó nada bien tras la muerte de su padre. De hecho, tuvo que eliminar todas sus publicaciones de redes sociales porque se vio abrumada y sobrepasada por todos los mensajes que recibió por parte de los fans de su querido progenitor. Ahora, gracias a su debut como directora de largometraje, Zelda ha recuperado gran seguridad en sí misma

Aunque los otros dos hermanos de Zelda son menos conocidos -y, por tanto, su repercusión pública más discreta-, lo cierto es que también han hallado en esta década formas de honrar la memoria de su querido progenitor. Por ejemplo, el más joven de ellos, Cody, decidió contraer matrimonio con su razón de amor, María Flores, el 21 de julio de 2019, día en que su padre habría cumplido años.  

Desde esa boda ninguna otra noticia ha trascendido de él. En último lugar, Zak, el hijo mayor de Robin, dirige una empresa de medicamentos para la salud mental. Además, es presidente de una ONG que lucha contra la estigmatización de los trastornos mentales.

En su último post de Instagram dedicado a su padre, Zak posteó: "Papá, en el día que hubieras cumplido 73 años, te recuerdo por toda la esperanza y alegría que dabas al mundo. No hay una semana que pase sin que alguien comparta conmigo como les ayudaste en un mal momento. Estoy muy agradecido y orgulloso de ser tu hijo. Te quiero para siempre".

La enfermedad de Robin 

La enfermedad que padeció el protagonista de títulos como Good Morning, Vietnam, Sra Doubtfire, El indomable Will Hunting era demencia de cuerpos de Lewy, algo que se descubrió al hacerle autopsia.

Una enfermedad neurodegenerativa que provocó en el actor muchos y graves problemas, entre ellos depresión, ataques de ansiedad o paranoia. Al actor le quedaban sólo tres años de vida y, "probablemente", de haber seguido viviendo, hubiese pasado ese tiempo encerrado en un centro psiquiátrico, como señaló su viuda, Susan Schneider, al año siguiente del fallecimiento de su marido.

Williams se ahorcó con un cinturón el 11 de agosto de 2014 y su cuerpo sin vida fue encontrado por su asistente personal en uno de los dormitorios de su casa de Tiburón, en el área de la bahía de San Francisco. Tenía solo 63 años.

El actor había estado trabajando intensamente ese año y en julio decidió ingresar durante varias semanas un centro de rehabilitación en Minnesota "por precaución", dijo entonces su representante. Tenía un largo historial de abusos de cocaína y alcohol que se remonta al principio de la década de 1980 y, aunque mantuvo a raya sus adicciones durante años, recayó en 2006.