Los pantalones pitillos han sido prenda estrella durante más de un lustro. Sustituyeron esos pantalones acampanados del 2000 y que tanto llegamos a odiar.
Ahora vuelven las campanas, pero ¿cómo hacer para no cometer el mismo error que cometimos a principios de siglo? Mary Quant, diseñadora británica de los 60-70, fue quien lanzó los pantalones de campana (también las minifaldas) llevándolos al éxito supremo.
Esa estética setentera ha regresado con furor y la hemos visto en las fashionistas más famosas. Esta temporada los vas a ver en tus tiendas favoritas. Te decimos cómo llevarlos.
CONTROLA EL LARGO
Lo primero que debes hacer es controlar el largo del pantalón, ni dejar que arrastre, ni que se te vean demasiado los calcetines. Lo ideal es que el pantalón quede al ras del suelo – sin tocarlo- de manera que si te quieres poner unos zapatos bajos no vayas limpiando el suelo y si te pones unos tacones puedas lucirlos en mayor o menor medida.
Si usas tacón, obviamente el pantalón producirá un efecto óptico de acortamiento y, por descarte, también se achicarán tus piernas. Por eso, el uso de pantalón campana debe ser de cintura larga, para que estilice bien tus piernas. Así también definirá tus curvas.
EL PATRÓN QUE MEJOR TE SIENTA
Debes tener en cuenta que existen muchos tipos de pantalón acampanado, pero deberás conocer tu cuerpo para saber cuál es el patrón que te queda mejor. Los hay rectos hasta los pies o más o menos entallados hasta la rodilla y que se van ensanchando a medida que llega al suelo.
Ninguno es mejor que otro, pero piensa que el primero ensancha más. Prueba más allá del denim, porque también los hay que puedes llevar en ocasiones más formales. La combinación óptima, sin duda, consiste en unos pantalones campana de tiro largo con una camisa más ajustada por dentro.
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