Terminas tu jornada de trabajo y llegas a casa sintiéndote cansada, aunque con la sensación de que no has realizado todas las tareas que tenías programadas. Pues te revelamos un secreto: ser productiva no se trata de trabajar duro, sino de trabajar de forma inteligente y aprovechando el día al máximo. Claro que esto no es nada fácil porque resulta que, día tras día, te estás saboteando a ti misma por culpa de unos cuantos malos hábitos. Puede que no seas consciente de la repercusión que tienen en tu rendimiento, pero lo cierto es que muchos de ellos son la razón por la que no das tu 100%.
Apagar el despertador… y volverte a la cama
Puede que creas que el hecho de evitar levantarte la primera vez que suena el despertador te otorga unos minutos extra de descanso, pero nada más lejos de la realidad. Cuando uno se despierta, el sistema endocrino comienza a liberar hormonas que te ayudan a mantenerte activa y alerta durante el día. Si en vez de levantarse a la primera, uno da media vuelta y vuelve a taparse con el edredón, este proceso de secreción hormonal se verá frenado y, por lo tanto, tu ritmo también se ralentizará durante el día.
Priorizar el trabajo antes que el descanso
No es ningún secreto, pero muchos lo obviamos: dormir es la fórmula de la felicidad. Una noche de sueño (buen sueño) es capaz de hacer que te levantes al día siguiente con energía y ganas de afrontar retos, desbloquear inseguridades e inspiraciones y, sobre todo, rendir más en el trabajo. Un reciente estudio de McKinsey & Company, muestra la correlación directa entre dormir pocas horas y la ineficiencia en el trabajo. El truco es simple: duerme más y mejor.
Dormir pegada al teléfono móvil
El teléfono móvil en la mesita de noche acarrea dos peligros: 1. que no puedas evitar contestar mensajes o cotillear el Facebook antes de dormir, y 2. que el LED de la pantalla de los smartphones y demás aparatos electrónicos como tablets o portátiles, emanan algo a lo que han llamado luz azul. Esta luz repercute negativamente en nuestro organismo, ya que puede hacer disminuir la segregación de la melatonina, una hormona que ayuda a regular el ciclo de sueño.
Descuidar tu dieta
Comer mal no sólo afecta al volumen y peso de tu cuerpo, sino que también repercute en nuestra energía, haciendo que nos sintamos cansados a lo largo de las horas. Es importante comer sano y no llenarte durante la hora de comer si quieres volver a tu puesto de trabajo sin sentirte adormilada.
Revisar el e-mail constantemente
Cada vez que accedes a tu cuenta de mail para comprobar si tu bandeja de entrada tiene algún correo nuevo pierdes unos 25 minutos de trabajo. Es más, cada vez que accedes a tu cuenta de mail tu mente se va bloqueando un poquito más. Según sugiere el consultor y especialista Ron Friedman, lo mejor es que salgas del Outlook y apagues el teléfono móvil en periodos de 30 min.
No centrarte en una sola cosa
Parece que hoy en día es imprescindible para cualquier trabajo la etiqueta de ‘persona multitask’. Error. Mientras tú afirmas que puedes llamar al cliente, responder a un mail y llevar las cuentas del budget del proyecto, la ciencia responde que sólo el 2% de la población es capaz de realizar distintas tareas a la vez. Puede que formes parte de ese porcentaje, pero si no es así, estás perdiendo el tiempo. No te desbordes, haz una tarea detrás de otra, así serás más productiva.
La vida sedentaria
Vale, sabemos que en una oficina es difícil no estar ocho horas sentada frente al ordenador, pero no es bueno ni para tu salud física, ni para tu salud mental (ni para tu productividad). Anda por los pasillos, date la vuelta a la manzana o… prepara una ‘walking meeting’, es decir, una reunión mientras dais un paseo. Esta idea la sugiere Nilofer Merchant, consultora de negocios. Merchant asegura que “te sorprendería lo refrescante que puede ser para la mente el aire fresco en las reuniones”.