La revista-biblia de la moda, Vogue, ha sentenciado a muerte al canalillo: los grandes escotes que enseñan demasiado ya no están de moda.
El epitafio lo ha publicado en un artículo que sale en la revista de este mes y que advierte de que las modelos muestran más el canalillo que los hombros, el estómago o las piernas, que sería más elegante.
Bajo el título "Buscando desesperadamente el canalillo" (Desperately Seeking Cleavage), la revista asegura que "el canalillo, -esos magníficos montículos empujados hacia arriba para mostrar el empoderamiento sexual, para seducir, para inspirar lujuria o simplemente para mostrarlos- está acabado, o por lo menos, se ha tomado un descanso".
Y añade el artículo que "las tetas ya no saldrán para los muchachos. Ni para nadie más".
Vogue no sólo habla de motivos estéticos sino también de una cuestión de género: "El rechazo a los estereotipos de género que han puesto claramente el foco en este asunto, respecto a los días en que las mujeres eran como caramelos, con una sexualidad positivamente ardiendo en lugar de desarrollarse sutilmente. Oficialmente esto ha terminado".
Una de las estilistas que trabaja con la revista ha explicado lo vulgar que resulta cuando una modelo o famosa cuelga una foto de su escote en las redes sociales y recibe 100.000 comentarios sobre lo mismo. "Eso no es saludable, es horripilante", asegura la revista.
Vogue se ha aplicado el cuento y, de hecho, en su portada de agosto, un mes muy proclive a enseñar escote y canalillo, ya publicó una foto de Gigi Hadid con un vestido cuello redondo.
Esta nueva norma de elegancia no sólo va a afectar a los vestidos sino también a la industria de la lencería, que ya ha empezado a apostar por sujetadores más naturales y no tanto 'push up'.