Mira que somos hollywoodistas con el séptimo arte; lo que dice la meca del cine va a misa, es decir, lo que dicen los Oscars, va a misa, y oye, muy bien dicho está, pero hay que ampliar miras. Lo hicimos con Cannes y después, con el Festival de Cine de San Sebastián, mostrando al exterior que nosotros también tenemos festivales de cine de altura.
Luego existen otros que nos suenan, que si Toronto, que si Sundance, que si Sitges, pero ya. Sin embargo este año parece que esto va cambiar, el Festival Internacional del cine Capri Hollywood va a hacerse oír con una edición muy especial dedicada a Liz Taylor (del 26 de diciembre de 2017 al 2 de enero de 2018).
Y es que la Campania - una de las 20 regiones de Italia, para quien no la ubique - tiene su propio festival en Capri y lo lleva celebrando más de dos décadas. De hecho, aunque quizá aquí solo les suene a los más cinéfilos, por él pasan algunos de los aspirantes a los premios de la Academia, atrayendo a candidatos a los Oscar y a talentos que se ponen delante y detrás de la cámara con vistas a despuntar.
Pero no solo eso hila todas las ediciones del 'Capri,Hollywood', este festival tiene la costumbre de dedicar cada edición a un icono del cine que haya ayudado a difundir el 'mito' de Capri en todo el mundo, mito al que esta isla debe la afluencia constante de turistas y personajes del star system desde que tiene memoria.
Pues bien, uno de esos iconos es Liz Taylor (1932-2011). La actriz de ojos violetas comenzó una relación con Richard Burton cuando ambos rodaban la archiconocida película Cleopatra. Durante ese rodaje se fueron de vacaciones a Capri, donde los paparazzi no les dejaron respirar un momento aireando su amor y las bondades de la paradisiaca isla en todo el mundo.
En palabras de Pascal Vicedomini, director del festival, "Liz Taylor fue una de las protagonistas de la dolce vita de Capri. Estaba profundamente enamorada de la isla y visitaba regularmente desde finales de los años 50, convirtiéndose en una embajadora de la isla entre sus compañeros de Hollywood”.
Ahora, la ciudad de Anacapri le rinde homenaje acogiendo una retrospectiva dedicada a la estrella, que ganó tres Oscars y cuatro Globos de Oro a lo largo de su carrera. Además, habrá una exposición dedicada a su vida, su trabajo y a su faceta como activista pues, como muchos sabrán, creó la fundación ETAF (The Elizabeth Taylor AIDS Foundation) y presidió anfAR, liderando así la lucha contra el VIH.
Recordando a Liz
Muchos la recuerdan como una gran actriz, más de 70 películas en su curriculum, seis nominaciones a los Oscar y tres en su estantería, 8 nominaciones a los Globos de Oro y cinco ganados, y otras 20 nominaciones a otros premios, entre ellos los BAFTA justifican de sobra el mito.
Otros, como una mujer bellísima, la de los ojos violeta de mirada seductora, tez impoluta, curvas de infarto, labios siempre en rojo pasión y actitud arrolladora.
Otros tantos como una mujer tremendamente solidaria, faceta que contrastaba con el alarde de glamour y excesos que mostraba en la alfombra roja pero en la que se volcó activamente hasta el final de sus días.
Porque si algo tenía Liz era capacidad para hacer lo que quisiera y llevarse por el camino grandes amigos que arrimaban el hombro. Y gracias al cielo le dio por las causas solidarias, llegando crear la Fundación para la Investigación sobre el Sida, más conocida como anfAR, una de las más importantes en la materia a nivel mundial y que año tras año sigue celebrando su popular gala benéfica reuniendo a todo el estrellato internacional.
Los seguidores del papel couché la recordarán por sus muchos matrimonios, concretamente ocho, todos ideales y todos con hombres guapísimos. Por orden cronológico, Conrad 'Nicky' Taylor, heredero de la cadena de hoteles Hilton, y tío abuelo de la célebre Paris Hilton; Michel Wilding, el actor británico con el que tuvo a sus hijos Michael y Christopher; Michael Todd, el productor con quien tuvo a su tercera hija, Elizabeth Frances; Eddie Fisher, el cantante y mejor amigo de Michael Todd, con quien contrajo matrimonio tras enviudar de Todd cuando falleció en un accidente aéreo y por quien se convirtió al judaísmo.
Pero ninguno como el siguiente, el de Richard Burton, de él dijo que fue el verdadero amor de su vida, se conocieron rodando Cleopatra y tanto le quería que se llegó a decir, ojo al dato, que Liz llegó a subir peso para que dejaran de ofrecerle papeles y así hacer funcionar su matrimonio, un rumor muy extendido que deja en muy mal lugar a la industria.
Sin embargo se separaron para volver a casarse tras 16 meses, pero el matrimonio no llegó al año. Con él adoptó a una hija que fue también carne de cotilleos. Después llegaría John Warner, el senador republicano con quien estuvo seis años, con el vivió uno de sus periodos más oscuros llegando a caer en el alcoholismo.
Y finalmente, Larry Fortensky, un obrero de la construcción a quien conoció en la clínica de desintoxicación Betty Ford. Con él se casó en 1991 en el rancho de Neverland, propiedad de Michael Jackson, y estuvieron juntos hasta el 96.
Estos fans del cotilleo también recordarán esa sonada amistad con Michael Jakson. Fueron el dúo más extravagante del momento. Y es que treinta años de amistad dieron para mucho. Decían que quedaban para comer sándwiches de huevo duro mientras veían películas de Disney.
También que ella le regaló un elefante y Jackson a Liz una boda de millón y medio de dólares. Tanto dio de sí esta amistad que Donald Bogle escribió un libro sobre la misma, Elizabeth and Michael: the Queen of Hollywood and the King of Pop, a Love Story.
En ella cuenta estos detalles y otros muchos como el inicio de la amistad de ambos, polémico por los tintes de gripe de Michael hacia la actriz de quien Bogle comentaba: "Él la cortejaba como un joven amante". Y es que cuando Liz enviudó de Burton, Michael la invitó a uno de sus conciertos pero Liz se marchó antes de que acabara. Tanto dolió a Michael que decidió llamarla por teléfono, una llamada de tres horas a partir de la cual jamás se separaron.
"Algo mágico pasaba durante esas conversaciones, estaban enganchados el uno con el otro", escribe el autor. Tanto era así que cuando Michael ingresó por un dolor en el pecho tras su gira Dangerous en 1990, Liz podía pasar por su habitación del hospital siempre que quisiera, mientras la madre de Jackson tenía que "pedir cita".
La relación pasó por altibajos pero jamás se rompió, se mantuvo férrea hasta que Liz tuvo que llorar la muerte del Rey del Pop en 2009.
Todo en ella era Hollywood, todo era brillo y belleza también escándalos y aventura pero ¿qué sería Hollywood sin eso?
Un 23 de marzo de 2011 nos dejaba a causa de la enfermedad cardíaca que arrastraba desde años atrás. Ella, su legado, sus películas, sus grandes momentos y su fundación permanecerán para siempre con nosotros.
Y como aún queda para que el Festival Capri, Hollywood nos la trae de vuelta, hoy recordamos algunos grandes momentos de la Elizabeth Taylor.