Juan Carlos empezó su carrera acompañando a uno de los diseñadores de moda que más admira en el panorama nacional. Jesús del Pozo fue su maestro y él le abrió las puertas de lo que después ha ido creando a su alrededor. Después de trabajar durante años para otras firmas patrias, despertó en el las ganas de crear su propia firma y creó Maison Mesa. EL ESTILO ha hablado con el creador de la firma que reivindica el papel de la mujer como la máxima en sus diseños.
¿Por qué decidió crear su propia marca en solitario?
Después de tantos años trabajando para otras firmas, el estómago me pedía lanzar algo por mi cuenta. Fue una idea que me surgió de dentro, no pude evitarlo y monté la marca.
¿Cuál es la esencia de Maison Mesa?
Es una marca en la que hago ropa de vanguardia mezclada con el clasicismo. Me gusta aunar conceptos modernos con estilos clásicos. Y remover la conciencia con movimientos que siempre fueron revolucionarios aunque tuvieran lugar hace muchos años. Una radicalidad que nos suena a clásico.
¿Cómo lo consigue trasmitir en la ropa?
Utilizo las formas geométricas, escojo tejidos que expresen sobre la pasarela y el color que manifieste en los desfiles. Me gusta resaltar a la mujer que viste mi ropa,. Quiero unir los conceptos cósmicos, la cosmología con el sexo y el rock and roll.
¿Qué importancia tienen las modelos que lucen sus diseños?
Mis modelos son de todo tipo, una de las cosas que más me gusta es divulgar que las personas son ideales en su totalidad. Me da igual el físico, la altura, para mí han desfilado mujeres altas, bajas, transexuales, no me importa cómo sean.
Su último desfile ha sido en La Latina, ¿de qué manera le inspira la moda de la calle?
Soy un enamorado de las calles. Me encanta pasear por la ciudad. Disfruto muchísimo de todos los tipos de calle porque cada una tiene su encanto. Voy viendo los techos, lo que hay en un portal, soy muy cotilla y esto me inspira. Nos dan información sobre nuestra sociedad y como se va formando. Bajas a la calle y ves lo que pasa.
¿Qué opinas del fenómeno influencer?
Me parece divertidísimo porque crean sarpullido y eso es interesante porque generar emociones positivas y negativas es bueno. Los sectores clásicos se irritan con lo nuevo. Los influencers tienen que formalizarse, estudiar y formarse. Me parece un movimiento estimulante y una nueva de entender las cosas.
¿Por qué un desfile en mitad de las calles de la Latina?
Queríamos que fuera algo diferente y abrir Madrid a la moda. Con la Latina Fashion Weekend la hemos acercado a todo el mundo, un fin de semana lleno de moda en el que también había talleres para los niños y los bares se unieron gracias a la gastronomía.
¿Cómo se transformó la calle?
Durante todo el fin de semana la moda tomó la calle. La pasarela ocupó tres vías diferentes, se trataban de 750 metros de desfile, con 30 chicas que anduvieron sobre las tablas vistiendo mis conjuntos.
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