El diseñador Karl Lagerfeld, al frente de Chanel, Fendi y de su marca homónima, asegura a sus 84 años que no se pregunta quién ocupará su destacada posición en el sector porque dice ser "inmortal".
"Hago doce colecciones al año, no veo muy bien quién podría hacerlo en mi lugar, aunque a muchos les gustaría", apunta el alemán en una entrevista publicada en la revista Paris Match, en la que embiste con fuerza contra el empresario Pierre Bergé, el fallecido socio del modista Yves Saint Laurent.
Bergé, afirma, "metió mierda en un grupo de muy buenos amigos" durante una serie de sonadas disputas en los años 70 a causa de Jacques de Bascher, pareja de Lagerfeld durante casi dos décadas y amante de Saint-Laurent.
"Nunca estuve enfadado con Yves, hubo esa famosa historia con Jacques de Bascher, pero yo no tenía nada que ver, nunca me acosté con Jacques. Él podía hacer lo que quisiera. Pierre decía que yo lo había montado todo para arruinar la casa Saint-Laurent. Imbécil, siempre dando lecciones... ¡Insoportable!", arguye.
Lagerfeld señala que no escribirá sus memorias pues su lema es "no tengo nada que decir, no hago discurso, solo respondo a preguntas". El creador asegura que se mantiene "a la cabeza del pelotón" porque "se interesa por lo que pasa en el mundo" y "experimenta", gracias a una motivación que le sigue dando la "competición" y "la adrenalina de la moda".
Responde también a las críticas de quienes le acusan de haber impuesto un calendario de pasarelas sobrecargado con desfiles como Métiers d'Art, en Chanel, colecciones crucero y así sucesivamente hasta doce presentaciones anuales. "Azzedine Alaïa decía que me había cargado la profesión. El gigantismo de las grandes marcas es parte de nuestra época. Si los creadores son tan sensibles que se vayan a hacer negocios a sus casas. Las colecciones crucero logran unos beneficios casi tan importantes como las principales", añade.
Confía en que la nueva generación de creadores abandone las referencias a las décadas de los 70 y 80 y a la moda urbana, "que también pasará", y apuesta por jóvenes talentos como las francesas Marine Serre y Christelle Kocher y por la inglesa Clare Waight Keller, al frente de Givenchy, puesto para el que la recomendó.
Lagerfeld achaca su ambición en parte a la educación que le dio su madre: "Es mejor que no sepas hacer nada. Eso te obligará a tener suficiente dinero para que otros lo hagan por ti", le dijo. Motivo por el que, afirma, los empleados de su casa se ocupan de él y de su gato Choupette ya que ellos no saben hacer otra cosa que "abrir la puerta de un frigorífico vacío".
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