La casa de moda estadounidense Calvin Klein presentó en Nueva York una colección para la primavera verano 2019 que se sumerge en la película Tiburón, con monos de neopreno, prendas que parecen mordidas por ese depredador marino y looks de efecto mojado.
El director creativo de la marca, el belga Raf Simons (50), inspiró su propuesta en el clásico de Steven Spielberg (71) y llenó de suspense la sede de Calvin Klein, donde se celebraba el desfile, al proyectar escenas del filme en pantallas que abarcaban paredes enteras y utilizar su banda sonora como hilo musical.
Abundaron camisetas básicas con el logo de Jaws (título original del film), que en el caso de las mujeres se combinaban con lo que presumiblemente eran monos cortos de neopreno sin subir completamente y cuyo reverso, estampado con flores de colores o animal prints, ejercía de minifalda al quedar bajado.
Los hombres lucieron pantalones deportivos en color negro y, por encima, el mismo reverso de la pieza de neopreno en motivos coloridos, en ocasiones con el torso desnudo y en otras con suéteres de rayas u oscuros. Ese tejido, hecho por excelencia para el agua, apareció también en tops negros y sin mangas o vistiendo sobrios monos de pantalón corto, en el caso femenino, o en pantalones y monos completos para hombres.
Se vieron también faldas plisadas en tonos rojo, rosa, amarillo o con estampados de leopardo, cebra y florales, a las que una abertura desgarrada en el lateral daba el aspecto de haber pasado por las fauces de un tiburón.
En cuanto a la prenda estrella de la temporada, el vestido, Simons mezcló lo señorial con lo punk al adornar las piezas con broches joya y unir con cadenas unos cortes laterales que se alargaban desde las axilas hasta el bajo. Los estampados hacían juego con algunos de los reversos de neopreno, con flores rosas sobre negro o tenues leopardos, pero sobre todo destacaban sus fruncidos, que formaban flores o lazos para definir con algo más de volumen la silueta femenina.
La casa fundada en 1968, y que lleva la estética minimalista y transgresora por emblema, abrigó los looks con jerséis en punto suelto de gran tamaño en tonos neutros o pastel y chaquetas de estilo preppy, otra de las influencias de la colección.
La inspiración académica se vio en chaquetas oversize tipo americana con estampados en Príncipe de Gales o grises, así como en cárdigans de tonos marrones para los hombres, pero especialmente en capas y birretes negros más propios de una graduación.
La mayoría de maniquíes, entre las que destacaron la joven Kaia Gerber (17) y una modelo de mediana edad, llevaron looks con el cabello mojado y, como complementos, botas de agua, salones bicolor y estridentes bolsos de piel de cocodrilo con cadenas.
El de Gerber no fue el único rostro conocido. En primera fila estuvieron dos veteranas de la industria de la moda, la supermodelo Naomi Campbell (48) y la editora de Vogue Japón, Anna dello Russo (56).
Al finalizar el desfile y mientras sonaba Scarborough Fair, de Simon and Garfunkel, el público se deshizo en aplausos ante Simons, que antes de encabezar el lado creativo de Calvin Klein trabajó para Jil Sander y Dior.
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