El negro, un color más habitual para los guardarropas de invierno, se coló esta temporada en la Semana de la Moda de Milán de la mano de firmas como Jil Sander y Alberta Ferretti, que han apostado por él para sus colecciones de la próxima temporada primavera/verano.
La Semana de la Moda de Milán arrancó con una gran sesión de la mano de estas dos firmas italianas, que sirvieron de antesala a platos fuertes como Max Mara, Fendi, Prada, Moschino y Emporio Armani, que les siguieron en este escaparate de tendencias internacional.
Jil Sander presentó una colección sobria, de tejidos de corte recto y anchos, cómodos, que no marcaron la silueta. El negro vistió trajes de camisa sin mangas y pantalones de pata de elefante, pero también monos largos, chalecos sobre vestidos por encima de la rodilla y jerséis de lana, que las modelos lucieron como si fueran vestidos.
La firma de la diseñadora alemana también apostó por vestidos con escote recto y solo de un tirante ancho, o por camisas amplias y sin mangas, de cuello en V. El negro cedió cierto espacio al beige y al azul aguamarina, que tiñeron camisas y vestidos vaporosos de tejidos con transparencias.
Los jerséis de cuello halter se lucieron sobre amplias faldas de lana, largas y con el corte por debajo de la rodilla, mientras que amplios chubasqueros en tonos marrón camel y con capucha se mostraron solos, como si fueran vestidos.
Como complementos, la firma apostó por bolsos de piel en colores azul, blanco y marrón, de asas largas y de tamaños que variaron para contentar a todos los gustos. Las modelos de Jil Sander también llevaron largas medias de lana hasta las rodillas y zapatos y sandalias de plataforma, mientras que, como accesorios de joyería, los grandes reyes fueron los pendientes de aro en tonos dorados y plateados.
Por su parte, Alberta Ferretti utilizó el negro para proponer largos vestidos de tejidos transparentes y con encaje, faldas cortas y vaporosas y blusas de mangas largas y con volantes en la zona del pecho.
Además del negro, la diseñadora italiana presentó para la próxima temporada estival prendas en tonos amarillos, naranjas, verdes, azules y rosas pastel.
Los petos rosas se alternaron con blusas de encaje y tejidos de seda en tonos blanco crudo, faldas vaqueras con bolsillos extra-grandes y pantalones de cintura alta y muy anchos en colores verdosos.
También hubo espacio para los vestidos cortos, de inspiración romántica, con volantes y bordados, y pantalones blancos, de ganchillo, con ribetes en la zona del tobillo. Las sandalias planas, con estampado animal y de inspiración romana, completaron los looks, mientras que como complementos la casa italiana eligió grandes bolsos y mochilas de paja.
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