Los admiradores de Marques'Almeida, la firma portuguesa que triunfa en Londres desde 2011, siguieron a la marca hasta la pasarela parisina, donde el dúo formado por Marta Marques y Paulo Almeida debutó entre aplausos con una colección que mezcló el punk británico con el folclore portugués.
Con un rítmico desfile en el Palais de Tokyo, el museo de arte contemporáneo de la capital francesa, Marques y Almeida, que se conocieron en sus años de estudio en la escuela británica Central Saint Martins, propusieron prendas cargadas de estampados con rayas, un poco punk, y toques folclóricos, en honor a su Portugal natal.
"Sentimos que era un buen momento para probar un cambio, intentar algo diferente y, al mismo tiempo, poner de relieve nuestras raíces, las influencias portuguesas", explicó Marques entre bambalinas tras el desfile.
Una búsqueda que implica, según el dúo, mantenerse fiel al folclore reconociendo la influencia de Londres, tras una década viviendo en la capital que vio nacer a grupos como Sex Pistols o The Clash.
"Es imposible no aceptar esa influencia", dijo Almeida, culpable de que las modelos lucieran unos llamativos cascos de moto con pelo y crestas, el punto divertido de la colección junto a gafas de sol con formas de triángulo y otras con pinchos en la montura.
Con esta base, la pareja dio forma a una colección fácil de llevar con amplias blusas que se llevan como vestido, pantalones y jerséis de punto con formas asimétricas, largos vestidos de seda y mucho vaquero en monos que parecían sacados de una carrera de motoristas.
Las hombreras se llevaron grandes y redondeadas en una especie de torera que acompañaba los estilismos, entre los que también destacaron vestidos con correas a modo de cinturón para marcar la cintura.
La marca se enorgullece de su espíritu abierto y de sus "chicas" -sus modelos- que dieron forma a este grupo de amigas para el que crea Marques'Almeida, ganadores del prestigioso premio LVMH para jóvenes creadores en 2015, que formó parte del casting buscando modelos a través de Instagram.
El dúo se llevó un largo aplauso del público, satisfecho con su traslado a París, en una jornada en la que la moda portuguesa fue protagonista al contar también con la participación del diseñador Diogo Miranda.
En una sala de la Universidad Descartes, en pleno barrio latino, Miranda se decantó por colores pastel, violetas y dorados en vestidos cortos con volúmenes ochenteros.
En su colección primavera-verano 2019, el portugués incluyó algún estampado bohemio, en bermudas brocadas con flores y elegantes blusas con volantes.
París también contó con sus nombres más clásicos, como Guy Laroche, cuyo director creativo, Richard René, construyó la línea inspirándose en unas notas del fundador de la casa en el año 1981.
Una propuesta disco que puso de relieve el contraste entre luces y sombras con un sencillo juego de blancos y negros en prendas geométricas: una chaqueta asimétrica bicolor, un vestido con la espalda destapada a rayas, como si fuera un código de barras o una gabardina blanca en la delantera y negra en la parte de atrás.
"8H45. Las rayas de un estor metálico aparecen como proyecciones, la luz cegadora de una mañana del mes de agosto", escribió el creador en una nota que fue reproducida para los invitados.
Este efecto luminoso se reprodujo en largos vestidos, caftanes con transparencias y bodys que, combinados con tacones, apuestan por sacar esta prenda interior -o de playa- a la calle como propusieron otros diseñadores esta semana, como Saint Laurent.
En Mugler, el debut del estadounidense Casey Cadwallader como director creativo de la firma atrajo las miradas de un nuevo público seducido por la sensualidad de su colección, urbana y con un toque deportiva, como dejaron ver las bermudas de ciclistas, los sujetadores llevados como tops y los vestidos drapeados.
Cadwallader debe mantener el listón de la marca francesa, que atrajo a estrellas de la música como Beyoncé (37 años) o Lady Gaga (32), y con su original puesta en escena -una habitación negra con una pasarela circular- demostró que está dispuesto a asumir riesgos.